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Buenos y Malos

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  El futuro del parque natural de Doñana, con motivo de un plan autonómico para ampliar las zonas de regadío en sus inmediaciones, al parecer, según leo en el diario EL PAÍS, llega hasta las entrañas europeas y alcanza de pleno al consumidor centroeuropeo quien, a través de diferentes cadenas de distribución, amenaza con cortar todas las compras de dicha zona si se ejecutan esas ampliaciones que, según los ecologistas, dañarán los humedales y los acuíferos subterráneos que los alimentan. Es la plasmación, nos guste o no, evidente y patente, del poder que tienen, tenemos, los consumidores con nuestros actos de compra que efectuamos en el día a día. En los actos públicos suelo referirme a ello y aludo al poder del consumidor, que, con su acto de compra, con sólo alargar el brazo y elegir, uno u otro producto, está ejecutando de forma directa y eficaz, política agraria. Si opta por unos productos de calidad, amparados por marcas de calidad (denominaciones de origen, IGP, etc.), produc

Morir matando

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  El pasado domingo, cientos de miles de personas del mundo rural invadieron, eso sí, pacíficamente, las calles de Madrid. Miles de agricultores, ganaderos, cazadores y demás gente del mundo rural, vinculadas al mismo, bien profesionalmente bien socialmente y/o como mero respaldo ciudadano, se echaron a la calle y apoyaron con su simple presencia el grito desgarrador de un mundo rural y un sector primario que, lenta pero inexorablemente, languidece. A lo largo del día, los cámaras y fotógrafos más avezados, tomaban imágenes de los personajes más curiosos y estrafalarios que poblaban la movilización, al objeto de que los editores de sus medios de comunicación pudieran tener elementos de enganche con los que justificar la campaña de ridiculización que tenían orquestada. Que si los marqueses a caballo, que si los cazadores disfrazados de Rambo, que si los señoritos y sus siervos en Los Santos Inocentes, … todo lo que sea, lo posible y lo imposible, con el objetivo de ridiculizar, y co

Los nuevos ricos

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  Hace unos años, coincidiendo con mi época de alcalde en Legorreta, vivimos un curioso fenómeno en el pueblo con unos contenedores de basura que, de motu propio, por la noche, se movían de un lado a otro. Al parecer había vecinos que, molestos por el olor que despedían, optaban por alejarlos hasta unos puntos más lejanos. Conscientes de la problemática, decidimos alejar notablemente los contenedores de esos puntos, al parecer, molestos y los desplazamos hacia zonas menos pobladas. Inmediatamente comprobamos que esta solución tampoco les satisfacía dado que consideraban que, con la nueva ubicación, estaban demasiado lejos para el momento en que había que depositar la bolsa de basura. Al parecer este fenómeno, tal y como leo en el prometedor libro que acabo de comenzar, Ciudades Hambrientas de la arquitecta Carolyn Steel, se denomina NIMBY que significa “Not in my back yard” (No en mi patio trasero) y se utiliza para ilustrar ese fenómeno, cada vez más habitual en nuestra sociedad m

Empatizando con el jefe

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  Acabo de finalizar mis bolos sobre la PAC. El último en Karrantza, zona especialmente ganadera donde las haya, que se caracteriza por su eminente carácter rural en un territorio como el de Bizkaia con fuerte peso industrial. Vista la nutrida asistencia, queda más que patente que la PAC, concita un gran interés, más aún cuando la cuenta corriente enrojece por el incremento desmesurado de los costes de producción. Las estadísticas nos revelan que, aproximadamente, aunque depende del subsector productivo al que uno se dedique, el 70-80% de los ingresos provienen del mercado mientras el 20-30% restante proviene de las ayudas, por eso mismo, comprenderán, el interés que suscita la PAC. En estos momentos donde la tierra donde pisamos parece moverse y donde la incertidumbre alcanza todos los aspectos de la actividad agropecuaria (el precio abonado al productor, el PVP, los costes de los inputs, la normativa y legislación tanto agraria como medioambiental y laboral, etc.), empatizo con a

Katiuska

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  La guerra en Ucrania provocada, única y exclusivamente, por el dictador Putin, a semejanza de lo acontecido en época pandémica en el sector industrial, ha puesto sobre el tapete la dependencia de nuestro sector agroindustrial de materias primas de terceros países cuyo suministro damos por descontado en periodos de paz y normalidad. Los países occidentales, la Unión Europea en nuestro caso, tienen organizada toda su arquitectura productiva, bien sea en el sector agroalimentario bien sea en el sector industrial y tecnológico , de tal forma que las tareas, procesos y elementos que sean trabajosos, sucios y carentes de valor añadido se subcontraten a terceros países a los que exprimimos en precios hasta asfixiarlos y condenarlos a producir en condiciones sociolaborales que rechazamos para nosotros pero con los que convivimos puesto que ocurren fuera de nuestro campo de visión. Damos por supuesto que la cadena europea, con gran parte de la producción, como decía subcontratada y extern

MA -ME – MI – MO – MU

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    Mi amigo Juan Mari, en una de sus visitas desde Chile, lugar al que le aconsejaron irse para escaparse de la presión de la banda terrorista ETA, me comentaba que cuando conocías la realidad de países más pobres, se te olvidaban todas las chorradas y supuestos problemas que tenemos los que habitamos en el primer mundo. Algo así siento en estos momentos cuando me encuentro escribiendo mi filípica semanal sobre mis cosas mundanas como la agricultura, la alimentación o los hábitos de consumo, mientras escucho las noticias de la guerra impulsada por Putin contra Ucrania. Una guerra que por muy lejana que nos parezca, la tenemos a tiro de piedra y que me sitúan frente a la cruda realidad mundial, muy distante, por muchos problemas que tengamos en el día a día, de la prosperidad y seguridad que vivimos en la Unión Europea. Volviendo la mirada al día a día de este complicado primer mundo, me llamó mucho la atención que el sereno presidente de la organización en la que trabajo, ENBA,

La lavadora de mi suegra

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  Esta última semana ando dando charlas informativas sobre la PAC por las diferentes comarcas del Territorio Histórico de Gipuzkoa y además de mantener un enriquecedor contacto con los productores, te permite tomar la temperatura sobre el estado del sector. En el ir y venir, de un pueblo a otro, he tenido conocimiento del fallecimiento de dos personas claves en la Denominación de Origen Idiazabal, por una parte, su primer presidente, el economista Antxon Pérez de Calleja y, por otra parte, Manolo Moreno, gerente de la empresa Aldanondo durante muchísimos años. Ambos, con sus más y sus menos, han sido importantes en la historia de nuestro icónico queso y va por ellos, este humilde reconocimiento. Como les decía, en el transcurso de las charlas sobre la PAC he detectado una indisimulada incomprensión, cuando no rechazo, ante las medidas recogidas en el apartado de los ecoregímenes o ecoesquemas y particularmente, en lo que a los ganaderos de pastos húmedos se refiere, en la medida ti

Problema de ricos

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  Ando loco preparando una dichosa presentación en formato power point. Mi nula destreza tecnológica hace que lo que para el común de los mortales sea una labor sencilla, para mí, sea una auténtica odisea. Que si la foto se ve borrosa, que si el texto no entra en los márgenes prefijados, etc. la cuestión es que llevo varios días preparando la presentación con la que pretendemos informar a los baserritarras sobre la nueva, una más, reforma de la PAC. Este año, la PAC, la Política Agraria Común europea cumple 60 años ya que fue impulsada allá por el año 1962, como imaginarán, en un contexto sociopolítico radicalmente diferente al actual donde, por cierto, se están dando los últimos coletazos de esta enésima reforma con la que se pretende afrontar el periodo 2023-2027. Tras el final de la Segunda Guerra mundial donde Europa quedó arrasada y económicamente sumergida en una profunda crisis, se adoptaron una serie de medidas que, a la postre, son el germen de la Unión Europea que hoy con

Tras la cortina

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  Un país de pandereta es la expresión más común, y más apropiada, para definir la actitud de una gran parte del Estado. Mientras el país pasa una grave crisis sanitaria a cuenta de la pandemia y un momento económico y social, más que delicado, por una recuperación que no acaba de coger velocidad de crucero, tal y como auguraban, los gurus en la materia, el pópulo, y su derivada en el coso político, anda entretenido, acuérdese de aquello de pan y circo, con la nueva pareja de Urdangarin y con el culebrón de las votaciones del Benidormfest. Ahora bien, para entretenimiento con votaciones, tampoco es que haya que ir a ningún programa televisivo puesto que espectáculo, tan entretenido como bochornoso y lamentable, es el que nos han ofrecido los políticos, algunos al menos, con la votación final de la Reforma Laboral. Como en los mejores thrillers, tensión hasta el último segundo, dos medio transfugas navarros y un error popular, hicieron que los ujieres del Congreso tuviesen todos los de

El partido del campo

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Las declaraciones del ministro Garzón sobre la calidad, baja o pésima, según lo quieran ustedes, supusieron, a tenor de algunos analistas, el chupinazo de salida de la campaña electoral en Castilla y León. No sólo el chupinazo, porque, según otros sesudos observadores de la cuestión política, las declaraciones del ministro significaron el fin de la campaña ya que, según ellos, el PP gobernante, no tenía más que esperar a que llegase lo antes posible el día elegido, 13 de febrero, dado que Garzón le había, sin quererlo, le había hecho la mejor campaña posible. Unas semanas después, tenemos a los partidos de la derecha, de granja en granja, posando con ovejas, vacas o cerdos como estrellas en el photocall de un estreno cinematográfico y por su parte, a los de la ultraderecha  disfrazados de señoritos en la campiña, sin caer en la cuenta de que, con esas vestimentas, mitad señorito-chulapo mitad gangster, y esas sobreactuaciones regadas de testosterona, no logran más que, lamentablemente,

Respeto, ni más ni menos

  La semana pasada terminó con una triste noticia como es la muerte de Félix Ormazabal, alavés, dirigente nacionalista y primer consejero de Agricultura del Gobierno Vasco que destacó en su larga trayectoria política por su humanismo y por su fuerte apego al mundo rural y agrario por el que trabajó denodadamente y en el que impulsó diferentes medidas y estructuras que, una vez transcurridas varias décadas, han resultado vitales para su desarrollo. Personalmente no me tocó tratar directamente con él, pero, a lo largo de los años, he sido consciente que, aún habiendo dejado su responsabilidad institucional, el mundo rural ha tenido un fiel aliado en la persona de Félix. Como se diría coloquialmente, ha muerto uno de los nuestros, y desde el punto de vista sectorial, además del innegable punto de vista humano, es una noticia que nos apena porque hay que reconocer que, un momento tan delicado, tanto en lo económico como en lo social, con tantos interrogantes sobrevolando la actividad pri