Juanito
El domingo pasado falleció Juan
Goenaga del caserío Oiamar de Urnieta, Gipuzkoa. Un ganadero de vacuno de leche,
orgulloso de su oficio, de su modo de vida y de que su explotación familiar
tenga sucesión tanto con su hijo Iñaki como su nuera Itziar y finalmente, con
su nieto, Mikel.
Juanito, así le llamábamos los
cercanos, ha sido un buen ejemplo de una generación de baserritarras que
supieron ver más allá de lo que ocurría en su propia explotación y que vio la
necesidad de implicarse en proyectos colectivos para así, dar solución a
cuestiones y problemas colectivos. Bien fuese en el momento de impulsar el
asociacionismo, el sindicalismo o el cooperativismo. Pensar en colectivo y
actuar en colectivo, porque él y sus compañeros de fatigas, entendían que sólo
así podían dar solución, también, a las cuestiones y necesidades de su explotación
particular.
Hoy, lo digo con gran pena, se
echa en falta aquella generación que pensaba y actuaba en colectivo, dado que el
individualismo imperante en la sociedad actual también ha impregnado, hasta los
tuétanos, al sector primario actual y se observa una evidente falta de visión colectiva
para hacer frente a la situación que vive el sector primario en su conjunto.
Los agricultores por un lado y
los ganaderos por otro. Los de producción convencional por un lado y los
ecológicos por otro. Los orientados a la distribución organizada por un lado y
los de venta directa o de proximidad por otro. Los grandes por un lado y los
pequeños por otro. Los productores que venden a industria por un lado y los organizados
en cooperativas por otro. Un sector amplio, diverso, parcelado y me atrevería a
decir, cada vez, más atomizado, disperso y débil.
Así lo vieron Juanito y su
generación y así, entre otras iniciativas, impulsaron el agrupamiento de los
ganaderos de vacuno de leche de Euskadi, unificando a los ganaderos en torno a
cooperativas para después, a base de tiempo y sacrificio, agrupar las
cooperativas en un único proyecto, a falta de dos pequeñas cooperativas del
valle de Karrantza, como es la actual cooperativa KAIKU y poner las bases del
grupo lácteo IPARLAT.
La realidad cooperativa del sector
lácteo vasco no es trasladable a casi ningún otro territorio, salvo el caso
asturiano, donde las industrias lácteas campan a sus anchas en un sector
productor atomizado e individualista.
Por ello, ahora que, al parecer, el
sector lechero se encuentra en un momento tranquilo, con unos precios ajustados,
pero en positivo, sería el momento idóneo para que el sector lácteo diese un
paso adelante en su estructuración y se fortaleciese el movimiento cooperativo
bien sea integrando nuevos asociados a las actuales cooperativas bien sea con
acuerdos entre las mismas.
Los socios cooperativistas tienen
que ser generosos con los nuevos asociados, en muchos casos, ganaderos
aportadores de leche a las propias cooperativas con un precio diferenciado, a
la baja claro, y los ganaderos aportadores, por otra parte, potenciales nuevos cooperativistas,
debieran ser conscientes que el cooperativismo requiere de un compromiso
colectivo a medio y/o largo plazo, abandonar el cortoplacismo de arrimarse al
mundo cooperativo cuando el precio está bajo, o bajando, y abrirse a cantos de
sirena de industrias e intermediarios especuladores cuando los precios van
hacia arriba y además, sin olvidar, que los socios cooperativistas, llevan años
sujetando la cooperativa con sus silenciosas pero continuas aportaciones
monetarias a modo de derramas.
Como decían Juanito y su grupo,
actuar en el día a día, con la mirada puesta en el medio-largo plazo y actuar
colectivamente.
Todo esto viene a colación porque,
al igual que hace un par de años, se dispararon los precios por falta de leche
en el mercado, algo parecido puede ocurrir si se cumplen los vaticinios de la
organización agraria UPA en Galicia, Unions Agrarias, que augura una notable bajada
de producción de leche en Galicia, no olvidemos que producen algo más del 50%
de toda la leche del Estado, bien sea por cuestiones sanitarias del ganado como
la fuerte incidencia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en el 95% de las
granjas lecheras bien sea por cuestiones climatológicas como el huracán Kirk
que ha devastado miles de hectáreas de maíz forrajero utilizadas en la
alimentación del vacuno lechero.
Cuando el mercado sufre altibajos
en la producción, su consecuencia más directa es un altibajo también en el
precio percibido por el ganadero y es por ello por lo que, ahora que nos
encontramos en un momento bastante tranquilo, antes de que se tuerza la cosa
y/o sea demasiado tarde, es el momento de que unos y otros, sepamos mirar al
medio-largo plazo, con responsabilidad y generosidad, para así, entre todos,
fortalecer el movimiento cooperativo y con ello, el sector productor.
A lo dicho, déjense de mirar a su
propio ombligo y fíjense en Juanito.
Xabier Iraola Agirrezabala
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