Materia prima
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Llevo doce años y medio castigándoles con mis filípicas semanales. Lo siento, no volverá a ocurrir. Cada vez me cuesta más, se me está apagando la pila digo yo, y para más INRI, el tema más recurrente en mis escritos, la leche (de vaca), anda bien, por lo que no tengo de qué escribir. Suelo recurrir a algún informe o artículo leído recientemente, a alguna cifra o estadística que me llame la atención, o a alguna expresión o comentario que me mueva las tripas para, con parsimonia, ir hilando lo que al final conforma el sermón de la montaña de un simple juntaletras venido arriba. Además, en lo personal ando ciertamente tocado, puesto que la base de nuestra familia, mi cuñado Aitor, una persona con síndrome de Down que no tiene un pelo de tonto pero que, tras una caída está ingresado en el (magnífico) hospital público de Urduliz, y como comprenderán, Aitor no alcanza a comprender lo que le ocurre. Aún así, tocado pero no hundido, quisiera comentarles un run run que vengo escuchand...