El día carlista
Tener el día carlista, es la expresión que me da a conocer un amigo mío apuntando que es utilizada por un familiar suyo, de cierta edad, cuando tiene el día revuelto, torcido y dando coces a todo aquel que se le acerca, él suele responder diciendo, ¡hoy, dejadme en paz, que tengo el día carlista!. Esa expresión, dada la acepción guerrera que contiene, considero que es acertadísima para calificar, no el día, si no los últimos tiempos que llevamos la gente que vivimos con, por y para los productores agropecuarios y, al menos en mi caso, con los ganaderos. Los ganaderos vascos, y por ende, los ganaderos del estado español, y me estoy refiriendo principalmente a los ganaderos de vacuno de leche y carne, viven unos tiempos especialmente complicados sin saber cómo hacer frente a la tormenta perfecta que se ha organizado con unos precios de los costes de producción por las nubes, con unos precios percibidos por su producto por los suelos y sin visos de reacción, al menos, favorable.