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Mostrando las entradas etiquetadas como cambio climático

El comisario pasota

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  Tal y como celebrar una fiesta infantil en casa de un pederasta, la comunidad internacional está celebrando la Cumbre Mundial contra el Cambio Climático en Dubai, la COP28, justo en un estado cuya riqueza proviene del petróleo que, antes de que se nos olvide, debemos recordar que es el combustible fósil que, según todos los estudios publicados, está en la base del propio Cambio Climático. En fin, todo un alarde de incoherencia y sinsentido que supera, por mucho, el escándalo de la celebración del Mundial de futbol en Qatar o que la copa del rey, español, se celebre en este petroestado, donde el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, ha llegado a decir, con afán provocador supongo, una afirmación tan contundente como “No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”. El que ha decidido organizar un evento de tal magnitud en el epicentro del petróleo, imagino, que habrá sopesado los pros y los contras de la decisión pero, mucho

Operación Doñana

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    El día a día me come, es una de las respuestas más escuchadas cuando se plantea la necesidad de reflexionar sobre el medio y largo plazo. Los productores están en el día a día, a pie de campo, inmersos en la faena, aplicando fitosanitarios, trasladando el ganado de una finca a otra, por la noche rellenando papeles, vendiendo el producto en los mercados, participando en las reuniones de la cooperativa, etc. y como es lógico, la reflexión para el medio-largo plazo es postergada, reiteradamente, hasta el infinito y así, nunca se aborda, por que como decía, el día a día nos come. Andamos en el corto plazo, en el regate y con el objetivo de llegar a final de mes, con las luces cortas, muchas veces con las bombillas fundidas y como comprenderá querido lector, así es imposible afrontar las cuestiones importantes y los retos de futuro. Pues bien, en estos tiempos donde el partido agrarista de Holanda, un partido hasta ahora casi residual, ha ganado las elecciones al Senado y es cla

Muerto por insolación

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  “ Mira al Origen” es el lema elegido por la Red Rural Nacional para su campaña cuyo objetivo no era otro que informar y concienciar a la población sobre la importancia que tiene el medio rural desde los puntos de vista económico, social, cultural y ambiental. Una campaña ambiciosa que delicadamente, como quien no quiere, ha entrado en nuestras casas a través de cuñas en televisión, radio y prensa. Un acierto en su planteamiento inicial, digo inicial por que tendrá una continuidad y un desarrollo en el tiempo, puesto que al mismo tiempo que pone en valor el mundo rural, con su lema, apela directamente al factor del origen de los alimentos que consumimos bien en el hogar bien fuera del mismo. El origen de los alimentos que consumimos en nuestras mesas proviene, simple y llanamente dicho, de la tierra por lo que, todas aquellas políticas encaminadas a cuidar el factor tierra serán esenciales si lo que pretendemos es garantizar el origen de nuestra alimentación, bien sean políticas de

El irónico Bill

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  La semana pasada recurrí a un ejercicio de ficción para dar cuenta del malestar generado en el medio rural, principalmente entre los productores, por la creciente e imparable maraña normativa que se aprueba desde la distancia y desde la perspectiva y mentalidad urbana para su posterior aplicación en el rural. Si ese artículo de ficción disgustó a más de uno, no quiero ni imaginar lo que pensarán al comprobar cómo la carne artificial o sintética, que hasta hace bien poco era más o menos algo más propio de una película de ciencia ficción, comienza a tener visos de llegar al mercado y consiguientemente, a nuestros platos. La carne artificial es presentada a la sociedad en general como la solución ideal ante la grave crisis climática que vivimos y como uno de los pilares en la lucha contra el cambio climático puesto que, según algunos, la ganadería es uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero. Pues bien, los grandes fondos de inversión de escala mundial, tras haber

La Catedral

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Coincidiendo con la Eurocopa del 2016, visité junto con mi familia, la bella ciudad de París. Impresionante en todos los sentidos diría yo (salvo en la cuestión futbolística de la que huyo como gato del agua) pero por destacar algo, destacaría la grandiosidad de sus avenidas, paseos y edificios monumentales. Todo a lo grande, ¡hasta parecían de Bilbao!. Visitamos también, ¡cómo no!, la catedral de Notre Dame que, lamentablemente, fue pasto de las llamas tres años después. La catedral parisina, como todo monumento que se precie, fue construida en un periodo aproximado de 200 años, de 1163 a 1345, y más allá de los retoques de estilo que se dieron en este largo periodo, la catedral fue sufriendo nuevos retoques o adaptaciones al gusto dominante durante los siglos posteriores hasta llegar a la situación actual, o mejor dicho, a la previa al incendio de abril del 2019. Todas estas cuestiones me vinieron a la cabeza al leer las palabras de la activista medioambiental Gre

La tormenta perfecta

Tormenta perfecta es la expresión literaria y/o cinematográfica utilizada para referirse a esa situación, buscada o sobrevenida, donde se da un cúmulo de condicionantes o circunstancias, la mayoría de las veces, nada positivas, que sitúan en la picota o al borde del precipicio a una persona, colectivo, país o sector económico. Pues bien, en estos momentos, al menos esa es mi percepción, el sector agrícola, europeo diría yo, pero también en ámbitos inferiores, se encuentra ante una especie de tormenta perfecta conformada por un cúmulo de estrategias, planes y documentos varios que van a marcar, si no condicionar notablemente, el futuro próximo de la agricultura y, si me apuran, de la alimentación. En la tesitura actual, ahora que estamos en puertas del fin del estado de alarma, el sector agrícola se encuentra expectante ante el incierto devenir de la economía puesto que gran parte del éxito o fracaso de nuestro negociado depende de la situación laboral y consecuentemente, de l

La sonrisa de Greta

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No sé si a usted le ocurre lo mismo pero uno llega a vísperas navideñas, más que harto, de ver desde mediados del mes de octubre, fin de semana fin de semana viene, películas ñoñas de ambiente navideño donde el omnipresente santa claus aparece y desaparece y donde los amores y desamores de parejas y familias son milagrosamente reconducidas por el personaje rechoncho y barbudo, ataviado con su infalible traje rojo y al mando de un trineo tirado por renos. Las películas, ñoñas y bobaliconas a más no poder, son magnífica compañía para la siesta que uno echa en su sillón preferido pero les advierto que dichas películas (quizás sea mucho llamarlas así) de lo empalagosas que son que hasta resultan peligrosas para diabéticos. Por cierto, me llama poderosamente la atención que esta invasión de “santas“s sea tan sumisamente aceptada por el público en general y que no opongamos el más mínimo reparo hacia este sibilino tipo de colonialismo yanqui. Tal es el colonialismo y tal es el

Vivito y coleando

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Hace bien poco comenté en otro artículo que me hallaba inmerso en un periodo de cierta debilidad y con el ánimo algo bajo. Quizás sea por ello que en estas fechas me llegan informaciones que me afectan y me dejan el alma encogida y el cuerpo traspuesto. Llego al día D, la cita electoral, con el alma supurando rabia al escuchar las barbaridades de algunos dirigentes de la ultraderecha que, independientemente de lo que sean cada uno de sus votantes, cumplen muchas características de lo que venimos llamando fascismo. Pero en fin, veremos en qué queda, la historia y que el tiempo, como siempre ocurre, ponga a cada uno en su sitio. A estos dirigentes de la ultraderecha que, a modo de Trump ibéricos, se jactan de negar el cambio climático les hubiese invitado yo a la interesantísima jornada celebrada hace unos quince días en en el centro de investigación BC3Research ubicado en la Universidad del País Vasco donde expertos como Agustín del Prado y Pablo Manzano dieron la visión

Ironías de la vida

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El poso suscitado por la visita veraniega a tierras oscenses ha sido de tal calibre que aquí ando yo en el coche escuchando y gozando con las canciones de La Ronda de Boltaña, banda musical folclórica que va, nunca mejor dicho, rondando por los pueblos y ciudades y cantando las verdades de sus gentes, de forma amateur pero con gran maestría y cuya canción AQUÍ fue el himno de la exitosa manifestación de la Revuelta de la España Vaciada celebrada el pasado 31 de Marzo. Los ronderos serán muy de pueblo pero no por ello dejan de ser ultramodernos y tal es así que, publican sus canciones en formato CD sin caer en la cuenta que el coche de un servidor no tiene aparato de CDs sino de cassete y por ello, me veo obligado a escuchar sus poéticas y reivindicativas letras en el coche grande que, como imaginarán, es el de mi mujer. Pues bien, iba yo conduciendo el mío, con mi cassete de rancheras de Paquita la del Barrio, tan barriobajera como maravillosa ella, cuando escuch

ENMIERDADOS

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Salgo a correr por las mañanas, temprano, a las 6 de la mañana, mi tendencia a engordar me obliga a no bajar la guardia y por ello, me obligo a salir a correr unos 4-5 días a la semana, unos 10 km al día. Nada más iniciar la carrera me suelo encontrar con un joven que pasea su perrito mientras mira atentamente la pantalla de su móvil y/o se agacha para recoger los excrementos del minican. Le miro y me pregunto qué pensará este vecino de mí, por correr a semejantes horas. Me imagino su respuesta. Lo entiendo. Ahora bien, si él supiese la lástima que me produce verle a esas horas agacharse para recoger las cacas de su chucho, seguramente que empatizaríamos rápidamente. La sociedad actual fruto de una concentración en las ciudades, desarrollada durante décadas, con un abandono de los pueblos y zonas rurales ha conllevado, irremediablemente, un alejamiento de una realidad agraria que, básicamente, se limita a estos pueblos y/o a los barrios rurales de las ciudades. La concentració

Fuera de onda

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Soy uno de los millones de personas que se tragaron el debate a cuatro entre los candidatos a presidente del Gobierno español y lo mío tiene delito, pues tenía bien claro que en aquel debate poco, o nada, se iba a hablar de cosas que realmente me interesan, osea, Euskadi y la agricultura. Euskadi, desde que felizmente ETA paró la maquinaria, no cuenta apenas nada en el debate político estatal y por mucho que se empeñen los nacionalistas en presentarse a todos los sitios con “la agenda vasca” bajo el brazo, mucho me temo que los focos mediáticos apuntan en otra dirección. Por eso mismo, me llamó sobremanera la atención el desliz de Pablo Iglesias, desliz en cuanto que era un halago para un gobierno peneuvista del que despotrica un día sí y al otro también, cuando al hablar de políticas sociales afirmó que ellos quieren instaurar en España la renta básica que ya funciona en Euskadi. La agricultura, lamentablemente, una vez más, estuvo totalmente ausente del debate y si bien Pedr