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Mostrando las entradas etiquetadas como pastores

El mosquito y su banda

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  La agonía en el sector ganadero es de tal calibre que, se mire por donde se mire, sobran los motivos para el desánimo y faltan motivos para la esperanza en el futuro. Unas veces son los bajos precios abonados por industrias y cadenas de distribución, otras veces, cuando los anteriores levantan el pie del acelerador, son los inputs de producción que suben desenfrenadamente y te dejan sin margen, cuando no en pérdidas y otras veces, en estos últimos tiempos demasiado frecuentemente, son los problemas sanitarios, léase, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica. El dichoso mosquito de la EHE ataca al ganado, en muchos casos dejándolo para el arrastre y en algunos casos, los lleva hasta la muerte pero, a pesar de su gravedad, me preocupa sobremanera la afección del puñetero mosquito en los propios ganaderos que, viviendo pendientes de su ganado, día y noche vigilándolo, están sufriendo lo que no está escrito, con el alma herida y totalmente rematados al comprobar que a la penuria económi

Incoherencias a calderadas

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  Escribo este artículo en mi pueblo txikito, Armintza, en la maravillosa costa bizkaina, descansando o al menos eso pretendo, e intentando desconectar, cuestión imposible, de las cosas del sector primario. Paseo por el puerto, libro en las manos, subida al Jata y charleta con la cuadrilla. Ahora bien, sorprendido estoy con lo rápido que hemos vuelto a la vieja normalidad, salvo la mascarilla en interiores, lo contentos que hemos recuperado los viajes al solete y lo excitados que estamos al comprobar que los turistas vuelven a visitarnos en esos megacruceros que son, sin querer herir a nadie, megaciudades flotantes donde los viajeros son transportados, por todo el mundo, como ovejas al Líbano. Amigos que se van a Mallorca en avión a pasar un finde por 22 euros, hordas de pijogorrias que invaden montes y pueblitos con sus happyfurgos, pisos turísticos a rebosar y como decía, los megacruceros atracando en el puerto de Getxo. Al parecer, la cuestión del cambio climático ha pasado a un s

Teresa vence, pero no convence

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  La cuajada, postre tradicional vasco elaborado con leche fresca de oveja, es mi postre preferido (con permiso, de la tarta de queso del restaurante Arregi de Berastegi) y los que me conocen bien, saben que, en caso de que figure en la carta, me es imposible resistirme a la tentación. Hay gente que la come a palo seco, sin añadirle nada, ni azúcar ni miel, pero en mi caso no es así. Yo, quizás por mi innato carácter agrio, necesito del toque dulce y, aunque mayoritariamente opto por el azúcar, me llama poderosamente la atención la dejadez, creciente, que observo en algunos establecimientos que acompañan la cuajada, casera por supuesto, con una miel industrial, de pésima calidad y origen chinesco. Lamentable. Por cierto, los pastores que producen la leche de oveja con la que se elabora la cuajada, andan cabreadísimos con la política que está activando el Gobierno Central y más concretamente, en lo relativo a la cuestión del lobo. Como recordarán, allá por el mes de febrero, la mini

La calculadora de Arnaldo

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  El sábado 1 de Mayo, además de celebrar la fiesta del Trabajo, es el día señalado para la apertura de pastos en la sierra de Aralar y en estos últimos años se viene aprovechando la ocasión para darle un toque festivo al día y al mismo tiempo, se celebra un pequeño acto donde los ganaderos y responsables políticos de los montes públicos renuevan su compromiso, en un caso, por la parte ganadera, de cuidar y preservar el monte a través de una correcta gestión ganadera y por otro lado, por parte de la Mancomunidad Enirio-Aralar y Diputación Foral de Gipuzkoa, de ceder la gestión de un bien público como es el monte a los ganaderos. Este año, además de por el maldito virus, no hay motivo alguno para celebraciones de ninguna forma, no está el horno para bollos y así, podemos señalar cómo los ganaderos de la sierra han decidido y manifestado públicamente la ruptura de relaciones con los órganos de la Mancomunidad hasta no constatar un verdadero cambio tanto en las formas como en el fondo

Camino se hace al andar

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  Mis lectores habituales son conocedores de mi paso por dos colegios, Puente la Reina en Navarra y Alba de Tormes en Salamanca, de una misma orden, los padres del sagrado corazón, popularmente conocidos como Padres Reparadores y en la jerga eclesiástica como los dehonianos, en honor al fundador. De aquella larga estancia de 6 años en el internado no guardo más que buenos recuerdos aunque les tengo que reconocer que, al menos en los primeros cursos, se me hizo bastante duro aquello de no volver a casa más que en tres ocasiones al año, Navidades, Semana Santa y Verano. Particularmente dolorosa me resultaba la Navidad, mejor dicho los previos a la Navidad, cuando lloraba como una Magdalena al escuchar la pegadiza melodía del anuncio turronero con la sensiblera letra de “vuelve, a casa vuelve, vuelve a tu hogar “.  Pues bien, no sé si es por el hondo recuerdo de aquellos anuncios o por el poso religioso adquirido en el colegio, la cuestión es que el espíritu navideño se apoderó de m

La Nevera Vacía

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De pequeño, tanto en la catequesis del pueblo como en mis años de colegio en los Padres Reparadores, me inculcaron reiteradamente sobre la existencia de la Santísima Trinidad conformada por tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que conjuntamente mostraban (ya me perdonarán los teólogos) las tres “ caras ” de un mismo Dios. Pues bien, este último domingo asistí a un homenaje a la Santísima Trinidad personificada en el gran Nikolas Segurola que aúna en su persona tres facetas, tan diferentes como inseparables de su persona, puesto que nuestro afable protagonista es fraile franciscano, pastor y bertsolari a la vez. Los baserritarras de ENBA le distinguieron con el galardón Baserritarron Laguna (Amigo de los Baserritarras) conscientes del inmenso y fructífero trabajo desempeñado por este grandioso a la vez que humilde franciscano en pro del pastoreo. Por el contrario, e stos últimos días, otros amigos de los baserritarras , ésta vez de los ganaderos de la Sie

Estorbo

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Acabo de regresar de Roma donde he acudido a la Junta Directiva del Foro Rural Mundial que se celebra en la capital del Tiber aprovechando la mega cumbre que organiza la FAO coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Alimentación. Este tipo de organismos mundiales ejercen de imán para todo tipo de entidades, colectivos, asociaciones, lobbys y gobiernos que pasillean y trabajan en maratonianas reuniones para llevar el agua a su molino. Los hay bienintencionados, entre ellos el Foro Rural Mundial, que pretenden fortalecer la agricultura familiar como mejor garantía para combatir la plaga del hambre desde un total respeto a los derechos humanos de los agricultores y un respeto a los valores ambientales de sus tierras frente a otros modelos impulsados por otros no tan bienintencionados, lobos con piel de cordero, cuyo único objetivo es impulsar un modelo agroindustrial orientado exclusivamente a la exportación mientras los agricultores se mueren de hambre y mientras sus

Toda la carne en el asador

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El cierre de un proceso electoral sempiterno nos ha dejado a todos los ciudadanos desfondados. Unos, lo han – hemos vivido con más cercanía dado que nos iba mucho en ello y otros con una indisimulada apatía. Las elecciones de Abril, elecciones al Congreso y Senado, las vivimos con una cierta lejanía pero las últimas, las elecciones municipales y forales, en nuestro caso, las vivimos con gran intensidad porque la orientación que fijen las nuevas corporaciones y las nuevas Juntas Generales y Diputación Foral, serán determinantes para otras cuantas instituciones o entidades (Mancomunidad de Enirio-Aralar, la Parzonería de Gipuzkoa-Araba, los órganos gestores de los Parques Naturales, etc.) que resultarán claves para mejorar, perjudicar o pasar sin pena ni gloria, por el futuro de nuestros baserritarras. En los próximos meses o años veremos en qué dirección se mueven y nuestros baserritarras podrán valorar si la opción de gobierno elegida es la correcta para su actividad y para su

Disfraces de Carnaval

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Soy de la opinión que en el momento en que vivimos lo que importa es la juerga y la cuchipanda por lo que somos capaces de asimilar y fagocitar tanto tradiciones propias como ajenas que adaptamos rápidamente, despojándolas de todo aquello que sea serio y requiera esfuerzo y/o compromiso, quedándonos, única y exclusivamente, con la parte lúdico-festiva de las tradiciones. Asimilamos el Halloween yanqui despojándolo de todo sentido religioso y nos quedamos con la parte festiva de los disfraces, dulces, etc. mientras ninguneamos el autóctono Día de Todos los Santos que es triste y luctuoso sin margen alguno para el jolgorio. En los carnavales ocurre otro tanto, nos olvidamos que el Carnaval, originalmente al menos, no es más que la despedida a la carne en los días previos al Miércoles de Ceniza, fecha en la que comienza la Cuaresma que es un periodo de 40 días hasta el domingo de Ramos, día en la que comienza la Semana Santa y así, dejados de lado la abstinencia, recogimiento y a

Dolores post-navideños

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Las fiestas navideñas, al menos en nuestra casa, comienzan allá por el día de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre para aquellos que no lo sepan, cuando mi señora esposa le dice a su madre, ósea mi suegra, esa frase que retumba por toda la casa al afirmar “ama, este año no nos vamos a complicar y vamos a poner menús sencillos y ligeros”. Como se imaginarán, la frase resulta tan contundente como hueca y al cabo de unas horas, cae en el olvido y una vez más, como viene ocurriendo desde hace bastantes años, la familia se sienta alrededor de una mesa con alimentos como “si no hubiese un mañana”. Resulta triste, pero tengo más que asumido que este intercambio de pareceres entre hija y madre es un ritual más de los muchos que conforman el hábitat navideño de nuestras familias.  Con el cuerpo maltrecho, con un bloque de cemento incrustado entre pecho y espalda, retomamos la rutina laboral que comienza con una agradable charla con un remolachero alavés que vaticina, si alguien no lo

La Joya de la Corona

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Aralar es una joya de la naturaleza que los vascos, guipuzcoanos especialmente, aman y valoran positivamente por su alto valor medioambiental e incluso por el significado que tiene para nuestra cultura por lo que se ha erigido en un símbolo de lo nuestro que trasciende lo meramente natural y/o medioambiental y se ha transformado en un mito que alcanza reflexiones y planteamientos del  ámbito socio-político. En estos momentos, Aralar está siendo el escenario de una cruenta batalla que se libra de forma soterrada, sin mostrar públicamente las armas y que aflora a la escena pública de vez en cuando. Por una parte están los baserritarras que con su trabajo diario, el cuidado de su hacienda ganadera, con el pastoreo y con la gestión sostenible del territorio (el Parque de Aralar alcanza las 11.000 hectáreas) son los verdaderos gestores y garantes del actual estado del monte y por lo tanto, los principales guardianes de que Aralar siga siendo por muchos años más, un territorio tan val

Siempre Positivo, Nunca Negativo

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La semana pasada viví en Ordizia, in situ, por vez primera, la fiesta del Pastor (Artzain Eguna) donde se rinde un homenaje a la trashumancia con el paso de un gran rebaño por las céntricas calles del municipio y donde la incansable Cofradía del Queso Idizabal local, tributa un homenaje al queso autóctono con la presentación del queso nuevo de la temporada, recordándonos que el queso Idiazabal sigue siendo un producto estacional, mediante una ceremonia donde un famoso suele ser el encargado de dar el corte del nuevo queso y brindárselo a los presentes en la sala y con ello, al conjunto de la sociedad. Pues bien, en este mismo acto, los ganaderos de la Sierra de Aralar regalaron una vara de pastor (makila) al alcalde de Ordizia y presidente de la Mancomunidad de Enirio-Aralar, Joxemi Santamaria, cuya entrega fue complementada con los bellos versos del joven ganadero Adur Gorostidi y las palabras de agradecimiento del pastor Josu Oiartzabal. Este gesto de agradecimiento por l

Abstención Creativa

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Hace aproximadamente un año escribía un artículo titulado “Cabreado” y en el mismo apuntaba la necesidad de presentar ante la sociedad vasca el grandísimo librito, grande en calidad pero pequeño en tamaño, del sabio asturiano Jaime Izquierdo (propongo desde aquí que le demos la doble nacionalidad, astur-vasco) titulado “La gestión creativa del cabreo”. Pues bien, sin querer ser pretencioso, alguno debió escucharme y ha sido esta misma semana cuando este libro fue presentado en un sencillo pero bonito acto celebrado en el Auditorio de la Fundación Orona en Hernani bajo la experta batuta de Iñigo Marquet, director de la propia Fundación, con el propio Jaime como solista pero bien acompañado con un dúo conformado por el Lehendakari Juan José Ibarretxe y el paisajista Jakoba Errekondo. En este librito que les recomiendo, Jaime, nos hace una sesuda reflexión del poder del cabreo, de la energía generada por el enfado que, si es bien canalizada, controlada y gestionada puede ser un m

Los ecologistas sin veraneo

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Quizás lo desconozcan pero la diferencia estival entre Gipuzkoa y Bizkaia es que mientras los primeros, los grisunos guipuzcoanos como dice una allegada mía, vamos de vacaciones, los segundos, los farrucos bizkaitarras, no van de vacaciones sino que, veranean. ¡Así, como suena!. Pues bien, como sabrán, mi familia política es de Bizkaia, del populoso barrio bilbaíno de Santutxu para más señas, y por lo tanto, uno, con los años de convivencia marital ya ha adquirido la categoría de veraneante en Armintza, barrio portuario de la localidad de Lemoiz, donde, perdonen la recoña, nuestra insigne familia veranea desde hace unas cuantas décadas y donde, siento decirlo, veo con no poca preocupación que crecen las actitudes incívicas de algunos chonis al querer aparcar al borde del agua y de algunos otros que no acaban de dominar a sus canes que, cómo ellos siempre te advierten por anticipado, ¡tranquilo, que no hace nada!. Dejando clara mi condición de veraneante, no creo haber sido objet

Cabreado

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Vuelvo mosqueado de una reunión en la que los ponentes afirman que los vascos bebemos una media de 3 litros de sidra al año, particularmente me mosqueo porque la verdad sea dicha no me cuadran los números y menos aún, si tengo en cuenta que en la cena semanal de mi cuadrilla, nos bebemos una botellita por cabeza. Comento el dato entre mi sanedrín científico y acabamos en uno de nuestros debates post-postre, cómo no, en la conclusión científicamente inapelable que la sociedad actual, la que llamo del pichiglás, anda algo más que despistada y sin saber apreciar lo verdaderamente bueno que nos ofrece nuestra tierra. Por cierto, hablando de cosas sabrosas, el postre de esta semana era una tarta de tiramisú de la pastelería Aizpurua, elaborada por el venezolano vascoparlante Horacio, con la que alcanzamos a tocar con los dedos el mismísimo cielo. ¡ósea, ya saben!. Igualmente mosqueado, quizás debiera decir cabreado, anda la gente del campo con el tratamiento que recibe

Bicarbonato a tutiplén

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  Cada uno de nosotros tiene sus ideas, querencias y fobias particulares y por ello me extraña que mis seguidores críticos, que los tengo, se empeñen en subrayar en los comentario que envían mi particular fobia hacia los grupos ecologistas y/o conservacionistas cuando lo que realmente pretendo es, insistentemente además, es ensalzar y poner en valor el papel de los verdaderos ecologistas y/o conservacionistas que no son otros que los baserritarras. Con todo el respeto que se merecen todas las personas que trabajan en pro de un fin positivo, creo que los baserritarras, agricultores, ganaderos y forestalistas, hacen bastante más, con el sólo hecho de trabajar la tierra y la cabaña ganadera como lo vienen haciendo desde hace un porrón de años, bastante más decía que estos nuevos advenedizos que ponen el foco sobre los bichos y dejan fuera de su mirada lo más importante, el ser humano, en este caso, que vive y trabaja la tierra. Tal es la desfocalización de esta gente y tal el abu

Sudar la camiseta propia

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A finales del mes de febrero, acudí a la Escuela de Pastores del caserío Gomiztegi en Arantzazu a la presentación de los proyectos de 14 jóvenes que bien querían dar relevo generacional a sus explotaciones familiares o complementar y diversificar lo existente bien ansiaban iniciar la andadura de una nueva explotación sin tener más alforjas que la ilusión por emprender algo propio en un sector ovino-caprino (me extrañó la importante presencia de proyectos caprinos). Para mí, personalmente, a sabiendas que algunos de ellos quedarán en el camino, es un acto entrañable y que, sectorialmente, me carga mucho las pilas al comprobar que todavía hay gente cuyo horizonte está asentado en las montañas y en el mundo primario y por ello, espero que todos ellos tengan éxito en sus proyectos. Pues bien, mientras volvía de Arantzazu y sorteaba con mi coche vintage, emocionado con la cinta de rancheras amorosas de la poderosa Paquita la del Barrio, las endemoniadas curvas que nos bajan del S

El Parque del oso Yogui

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El oso Yogui es un simpático oso que vive en el imaginario parque de Jellystone que, como rápidamente habrán deducido, es una variante ficticia del parque nacional de Yellowstone que, según narran los que lo han visitado, es un vasto territorio protegido exento de población local y por lo tanto, un territorio virgen para que la flora y fauna, nunca mejor dicho, paste a sus anchas. En nuestro pueblo son numerosas las personas y colectivos, algunos por emular lo que han visto en películas o documentales y otros, porque así lo ansían, que pretenden que nuestros espacios naturales protegidos sean gestionados a semejanza de Yogui-enea, olvidando, premeditadamente creo, que la normativa ambiental vigente, tanto la propia como la europea, recoge una serie de figuras de protección, en este caso el Parque Natural, donde junto a la protección de sus valores naturales (fauna y flora) y hábitats se permiten los usos y costumbres tradicionales y la explotación de sus recursos, prade

Perdonen que no me abstenga

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Mis filípicas semanales, sin querer ser pretencioso, crean expectativa entre algunos colectivos que, como ya habrán captado, cuentan con mi más alta estima e incluso alguno de ellos, me ha reconocido, eso sí, por lo bajini, que respira aliviado al comprobar que mi dardo no va dirigido ni a él ni a su colectivo y recíprocamente, puesto a hacer confesiones, yo también le he reconocido que soy consciente de que mi foto pueda ser utilizada a modo de diana para los dardos en la oficina de alguno de ellos y que, todo ello, bien se podría ser evitado, si un servidor se abstuviese de opinar sobre determinadas cuestiones. Como no le debo nada a casi nadie, a parte de la entidad financiera de referencia, y sólo tengo que responder, moral y profesionalmente al examen de mis superiores, los señores y señoras baserritarras, tampoco tengo intención de abstenerme en opinar sobre el nuevo gobierno Urkullu. Quisiera creer que los buenos resultados obtenidos por Urkullu son fruto del apo

El gran Nikolás

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Demasiada gente, lamentablemente, conoce las andanzas del pequeño Nicolás, un perfecto pijo que al codearse con gente de relumbrón de la derecha española, sacándose por doquier fotos y selfies con las estrellas políticas de la Corte madrileña, se quedó cegado con tanto flash y, lo que es peor,  se llegó a creer tan poderoso y que, incluso, tenía mano tanto en la Corona como en el CESID. Sus  aventuras, o mejor dicho desventuras, le han venido muy bien para ir de plató en plató, como si fuese la versión masculina de la Esteban, participando en debates y concursos y eso sí, previo pago, ir contando jugosas informaciones de las altas esferas políticas que, comúnmente, nos son ocultadas al populacho. El gran Nikolás, por su parte, es un gran desconocido para el público general puesto que su trayectoria vital es muy propia de los circuitos cortos en los que se mueve el sector primario y que tan en boga están en la actualidad. El gran Nikolás, Nicolás Segurola para más señas, nació en