En vísperas electorales



Esta semana hemos conocido la confirmación de la persona que sustituye a Miguel Arias Cañete, que no es otra que la hasta ahora secretaria de Estado de Agricultura, Isabel García Tejerina.
Isabel García Tejerina ha sido la mano derecha de Cañete durante esta legislatura pero también en la legislatura anterior bajo el gobierno de Aznar y conoce perfectamente tanto los entresijos del Ministerio y el Gobierno central como los pasillos de las instituciones europeas a los que deberá acudir asiduamente para rematar los numerosos flecos pendientes de la reforma de la PAC.
En mi humilde opinión, una vez decidido que superCañete va para Bruselas, creo que Rajoy ha acertado al optar por una persona del equipo de Cañete, sobradamente preparada, trabajadora y con amplia experiencia política, sin recurrir a utilizar el sillón ministerial para consolar o premiar meritorias trayectorias políticas en ámbitos municipales o autonómicos.
Ha puesto al frente del Ministerio a una persona que no necesita del manido "periodo de aterrizaje" que suelen requerir los catapultados al Ministerio como "patada lateral ascendente". En definitiva, la mejor sustituta, una persona del equipo actual.
Como consecuencia de este nombramiento, el director general de Producciones y Mercados Agrarios, Carlos Cabanas, pasará a ser el nuevo secretario de Estado de Agricultura y, en sustitución de Cabanas, el actual director del FEGA, Fernando Miranda.
Por cierto, he tenido el placer de tratar alguna vez a Fernando Miranda, y tengo que reconocer que es lo que popularmente se conoce como una "cabeza bien amueblada".
Los que me leen habitualmente y, particularmente, aquellos que me analizan con lupa para detectar mis amores y fobias, me comentan que suelo dar mucho jabón a los populares y muy particularmente a los actuales moradores del caserón de Atocha.
No puedo dejar de reconocer que me gustan los políticos con arrojo, con decisión y con las ideas claras que, sin arrasar ni apisonar, no pierden el tiempo en conformar consensos imposibles.
Contar con parlamentarios especialistas en la cuestión agraria es todo un lujo al alcance de los grandes grupos políticos
Cada uno tiene sus debilidades y la mía es ésta.
Pues bien, siguiendo con la actualidad, mientras los nuevos se sientan en sus aposentos ministeriales, Cañete se remanga y se pone al frente de la pelea electoral para intentar paliar el bajón electoral previsto para los dos grandes partidos estatales en las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. El tiempo nos dirá, dado que no tiene porqué ser así, si el que era un buen ministro es un buen candidato o no.
Muy pronto, dentro de aproximadamente una semana, comenzará, tras una larga y soporífera precampaña, la campaña electoral legal y será entonces cuando los ciudadanos nos tendremos que poner las pilas y estar atentos a los mensajes de unos y otros para saber, finalmente, por cuál optar.


Hasta ahora, lo digo con la precaución de no haberles atendido con demasiado interés, no he oído ningún mensaje específico sobre la cuestión agraria y/o rural por lo que, independientemente de lo que nos digan en estos quince días de campaña oficial y como fiel reflejo de la importancia que le concedo al aspecto personal de cada uno de los candidatos.
En esta última legislatura los agricultores vascos han contado con la incansable Izaskun Bilbao, de EAJ-PNV, que vuelve a estar en posiciones de salida de la Coalición por Europa y ,en éste último año, con la atención de Iñaki Irazabalbeitia, de Aralar, que aún estando integrado en la actual EH Bildu, ha quedado fuera de la lista propuesta.
En lo que respecta a los dos grandes partidos estatales, ninguno de los dos cuenta entre sus representantes vascos, parlamentarios que se hayan centrado en la cuestión agraria, si bien tengo que reconocer que el PP y PSOE cuentan respectivamente con Esther Herranz e Iratxe García, dos espléndidas parlamentarias dedicadas full time al sector agrorrural.
Contar con parlamentarios especialistas en la cuestión agraria es todo un lujo sólo al alcance de los grandes grupos pero no por ello debiéramos ningunear la inmensa labor de los parlamentarios de grupos minoritarios que suplen dicha "especialidad" con su pasión, empeño y atendiendo, única y exclusivamente, a los intereses de los agricultores de sus zonas de origen, con intereses concretos y muchas veces antagónicos al de sus vecinos.
Mientras los grandes grupos se ven obligados a atender a zonas más amplias y diversas por lo que, bastantes veces, nos vemos sacrificados en aras a intereses generales de instancias superiores.
Lo que les decía, comienza la campaña electoral europea. Veremos en qué queda el debate agrario a nivel europeo.

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