Ponga un Cañete en su vida



No descubro el Cantábrico si digo que el PP está viviendo un momento delicado. A la dura y larga crisis económica que vivimos hay que sumarle ahora lo que para la inmensa mayoría de la población es una excelente noticia, el cese armado de la banda terrorista ETA, pero que según parece a unos cuantos les ha dejado descolocados y huérfanos de su principal argumento político, si no vital, y en consecuencia, lo que era una magnífica noticia resulta ser una falta insuplíble para unos pocos que ahora se dedican a alborotar el gallinero.

En este contexto político y cuando llega el momento de ir perfilando nombres para cubrir los puestos de cabeza en las listas electorales, destaca sobremanera un mismo nombre en todos los ámbitos, corrillos y tertulias políticas de la Corte y ese nombre no es otro que el de Miguel Arias Cañete, popular y llanamente hablando, “Cañete”.

¿Que el PP no tiene candidato a presidente de Andalucia tras el abandono de Arenas y la espantá municipalista de Zoido?,no pasa nada, ahí esta Cañete que para algo tiene vinculos familiares en Jerez. ¿Que el PP no tiene candidato potente para encabezar la lista al Parlamento Europeo tras el descarte de Mayor Oreja?, no pasa nada, ahí está Cañete que para algo ha estado muchos años de europarlamentario. ¿Que el PP ve peligrar la capital del reino tras las continuas meteduras de pata de la Botella? no pasa nada, ahí está Cañete que para algo reside en Madrid.

Este hombre, si hacemos caso a los mentideros políticos de la capital merengue, vale para un roto y un descosido y me imagino que él, como político avezado que es, no hace más que hacerse el remolón, dejarse querer, diciendo que él sigue siendo ministro las 24 horas del día, que está a disposición del partido (tradúzcase, de Mariano) y que, hasta el momento, nadie ha hablado con él para ninguno de los puestos.

Pues bien, llegados a este momento de la película, dejando bien clarito que yo no le conozco personalmente y que sólo hablo basándome de lo que leo y en lo que capto en los círculos agrarios de la villa del madroño, aún a pesar de ser un sobrao, creo que lo mejor que podía hacer es quedarse donde está, sí, quedarse en el Ministerio.


Me explico. En mi opinión, Cañete tiene un sobrado conocimiento de la maquinaria ministerial (no olvidar que anteriormente también fue ministro del ramo con Aznar); tiene formación económica y una perspectiva amplia del mundo agroalimentario; tiene el suficiente peso político dentro y fuera del Gobierno como para negociar en plano de igualdad con los titulares de otros ministerios más potentes y con los gobiernos autonómicos; tiene un profundo conocimiento de las instituciones europeas lo que le facilita su labor al frente de un ministerio tan ligado a las políticas comunitarias y finalmente, porque a pesar de su soberbia que le lleva a impulsar tonterias como las elecciones agrarias a nivel estatal, creo que tiene claro cuáles son los grandes retos de la agricultura peninsular y en ese sentido estimoq ue debiera quedarse para apuntalar dos proyectos claves impulsados por él mismo como son la ley de la cadena agroalimentaria y la ley de integración cooperativa.

Teniendo en cuenta que, aproximadamente, el 80% de los ingresos de nuestros agricultores proviene del mercado Cañete ha decidido, a través de la Ley de la Cadena Alimentaria, timida pero acertadamente, que la manera de fortalecer e incrementar el porcentaje de ingresos que proviene del mercado es organizar, equilibrar y dotar de transparencia las interacciones en el seno de la cadena agroalimentaria (proteger al productor frente a distribución e industria) y por otra parte, no por ello menos importante, a través de la Ley de integración cooperativa fomentar y facilitar la fusión entre cooperativas de diferentes sectores y autonomías para, de esa forma, concentrar la oferta de producto agrario frente a unas centrales de compra cada vez más concentradas y poderosas, participar en la transformación y comercialización para rascar tajada en los procesos de creación de valor añadido y finalmente, posibilitar que estas cooperativas puedan devolver los beneficios a sus productores que conforman la base social cooperativa.

Por todo ello, aún a sabiendas que es soberbio, una sobrao, que habla en exceso y que le gusta oirse a sí mismo, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente y aferrándome al dicho popular “más vale malo conocido que bueno por conocer” me vuelvo a reafirmar, señor Cañete, quédese en el Ministerio.

Xabier Iraola Agirrezabala






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