El pato cojo



Gipuzkoa, tras el rechazo de la oposición en bloque, se ve forzada a prorrogar las cuentas forales para el año 2015 y evidencia así, la incapacidad del gobierno Garitano para alcanzar un acuerdo en materia presupuestaria.

Garitano, el pato cojo, al igual que ha hecho el popular De Andrés en Araba, podía haber optado por retirar sus cuentas pero no, prefirió, legitimamente eso sí, presentar su proyecto presupuestario y evidenciar una negativa en bloque de la oposición.

Tras el rechazo, llegó el momento de escenificar el desacuerdo y cada uno de los actores ha trabajado para adjudicar las culpas al contrario y así, mientras Bildu aludía a una actitud electoralista del PNV que prefiere demostrar la soledad de ejecutivo antes que alcanzar cualquier acuerdo en vísperas electorales aún habiéndoles presentado el tan reclamado plan de promoción económica, por parte de la bancada jeltzale, Markel Olano, con su habitual tono institucional, recriminó a los responsables de la izquierda abertzale haber presentado su propuesta de promoción económica, 3 años tarde y además, mal.

En este debate presupuestario y de forma muy tangencial y secundaria, salta a la palestra el sector agrario pidiendo, incluso antes de que se escenificase el desacuerdo antes descrito, la prórroga presupuestaria puesto que, en opinión de ENBA, el progresivo e imparable deterioro de las cuentas agrarias les hace pensar que el actual presupuesto del 2014 será menos malo que el propuesto para el año 2015.

Si analizamos las cuentas poniendo el foco sobre las cuentas del departamento capitaneado por Jon Peli Uriguen podremos comprobar que si bien el departamento sigue la senda general del Ejecutivo es en su orientación interna donde saltan las alarmas del sector productivo.



Si desglosamos el presupuesto por programas comprobamos el importante incremento (17,45%) de los servicios generales y en Flora y Fauna Silvestres (8,01%) mientras que los programas más ligados al sector productor, el programa de montes apenas sube un 1,78% y la producción animal desciende en un 0,86%.

Por otra parte, la verdadera columna vertebral de la acción foral en materia agropecuaria y forestal son los planes de ayudas a la inversión, esas inversiones en cuadras, tecnología, maquinaria, etc que tanto los baserritarras como los propietarios forestales acometen con su dinero y que suele ser apoyado por las arcas públicas (al igual que otras empresas industriales perciben apoyo de la Dirección de Innovación Foral o del departamento de Industria de Lakua), pues bien, esta columna vertebral viene debilitándose hasta tal punto que el plan de inversiones agrarias se ha visto reducido en un 50% en el periodo 2011-2015 y el plan de inversiones forestales en un 41%. Casi ná!

Por ello no cabe sorprenderse cuando los baserritarras saltan a la palestra pública para alzar su voz y reclamar que pare la hemorragia y si para lograr tal objetivo, es necesario prorrogar los presupuestos, pues, que se prorroguen.

El departamento de Uriguen, con sus directores al frente ante la inexplicable ausencia del diputado, tiene el claro propósito de debilitar la ya de por sí débil faceta productiva de las explotaciones guipuzcoanas y para ello, además de menguar las líneas de apoyo a la inversión, haciendo desistir a los profesionales de todo proyecto de renovación tecnológica, pretende minar el tejido asociativo territorial compuesto por asociaciones, ganaderas y vegetales, puesto que liga su actividad con cuestiones que favorecen el mero productivismo, y cómo no, debilitando los centros de gestión a los que identifica como el apoyo técnico-económico que sustenta la sinrazón productivista.

Ante tal despropósito me asaltan las dudas y vuelvo la mirada hacia el sector agrario que me rodea y , por más que lo intente, no alcanzo a ver malvados empresarios agrarios lanzados sin freno a esquilmar tierras y bosques o a explotar animales sino a admirables baserritarras (ganaderos, horticultores, viticultores, forestalistas, fruticultores, etc.) que trabajan la tierra y gestionan su hacienda ganadera con el máximo respeto tanto al medioambiente como a la sanidad vegetal y animal y a otros conceptos, tan en boga hoy en día, como el bienestar animal y la seguridad alimentaria.

Por tanto, no llego a comprender la estrategia del actual equipo foral que escudándose en apoyar a unos pocos, según ellos los únicos dignos de merecer su respaldo, van a lograr el abandono de unos muchos que, a la postre, son los que verdaderamente cuidan ese medio ambiente y natural que tanto dicen proteger.

Esperemos que en la próxima legislatura, llegue quien llegue, seguramente un Olano, lo haga con una mente más abierta y con una perspectiva más pegada a la tierra.

PD.: Pato cojo, expresión utilizada en la política norteamericana, es la denominación que se le da a alguien en un cargo ejecutivo a quien se aproxima la fecha en que debe dejar el cargo y su partido político ya ha optado por otro candidato. Los gobernantes “pato cojo” tienden a ver disminuido su poder político, ya que otros responsables políticos se sienten menos propensos a cooperar con ellos.

Xabier Iraola Agirrezabala

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