Obsesionarse con la PAC



El lunes 17 de febrero arrancó la campaña PAC 2014 que se alargará hasta el 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores y en este periodo de tiempo, en función de la cita asignada por instancias forales, los baserritarras, uno a uno, pasarán por su correspondiente Oficina Comarcal Agraria (OCA) a rellenar su declaración de superficies y la solicitud de ayudas directas (Pago Único, vaca nodriza y artículo 68) además de, si procediese, solicitar derechos de la Reserva Nacional de Pago Único. Posteriormente, hasta fin del mes de mayo, se podrán hacer las oportunas modificaciones en las solicitudes presentadas dentro de plazo.

Este año 2014 es considerado como un año de transición puesto que las novedades de la reforma de la PAC no entrarán en vigor hasta el 1 de enero de 2015 y si bien, la inmensa mayoría de cuestiones sigue invariable según lo ejecutado hasta el momento, debemos resaltar que este año no se aplicará la dichosa modulación -el año 2013 ya era del 10%- pero esta decisión vendrá “complementada” con una reducción lineal del 8,64% en el valor de los derechos de Pago Único y en los importes totales del artículo 68 mientras en el caso de las vacas nodrizas el ajuste de la prima será del 8,87%.

Me he referido a la modulación como “dichosa” puesto que en anteriores periodos de aplicación de la PAC, la modulación -recorte de ayudas para aquellos perceptores que superasen un umbral de ayudas- fue utilizada por dirigentes sindicales como arma arrojadiza contra los supuestamente grandes productores sacando a colación los ingentes fondos que se llevaban los terratenientes del sur como la televisiva Cayetana de Alba. Al final , de tanto reivindicarla, aprobaron la figura de la modulación pero la sorpresa, negativa por supuesto, vino al comprobar que el recorte de ayudas se aplicaba también a los cientos de profesionales que viven, única y exclusivamente, de su trabajo al pie del cañón en su explotación. Afectó, por supuesto, a Cayetana que debió compensar dicha reducción concediendo alguna exclusiva al Hola pero más afectó a los baserritarras que la única revista que tienen acceso es la revista que les envía su sindicato agrario.

Aún así, la campaña PAC 2014 no suscita inquietud alguna si la comparamos con las dudas y quebraderos de cabeza que genera el derrotero que adoptará la Política Agraria Común europea a partir de enero del 2015 y en estas fechas, fechas de retratarse en la ventanilla de la OCA, en qué y cómo afectará lo que se declare este año, en lo que percibamos el año próximo.

Todos sabemos, o al menos algo hemos oído o leído, que las ayudas van a distribuirse en función de las hectáreas que uno gestione, que quedarán fuera aquellos perceptores actuales que no tengan actividad agraria alguna, que de los ingresos agrarios, al menos, el 20% debe provenir del mercado para ser considerado agricultor activo, etc. Hemos oído muchas cosas, frecuentemente, cosas contradictorias entre ellas y por ello, tranquilamente podemos afirmar que si algo hay que se está apoderando de la gente del campo es la incertidumbre – por cierto, mala compañera para toda actividad económica que se precie- puesto que las ansias de percibir ayudas por aquellos muchos sin apenas actividad afecta, directa y radicalmente, a la buena marcha de los escasos profesionales que piensan en continuar al frente del caserío, produciendo, vendiendo, invirtiendo y -cada vez más- generando empleo.

¿Podrán seguir percibiendo ayudas los jubilados que han ido reduciendo su actividad, e incluso, eliminado completamente? ¿qué pasará con las hectáreas de todos éstos y aquellos otros que no lleguen a cumplir los condicionantes de agricultor activo? ¿el pago acoplado irá en función de las cabezas o se tendrá en cuenta otros factores? ¿me merece la pena alquilar o comprar más hectáreas para no verme perjudicado con la nueva PAC? Éstas y otro ciento del mismo pelaje son las preguntas que rondan la cabeza de los baserritarras y muy especialmente la de los ganaderos con mayor carga ganadera que pueden verse bastante perjudicados.

Recientemente acudí a una reunión informativa sobre la cuestión y escuchada toda la información, salí de la misma bastante mejor informado pero con las mismas tres conclusiones generales con las que entré: primera, Cañete ha diseñado todo un programa informático, homologable a la NASA, para que todo siga como hasta ahora o lo más parecido posible. Segunda conclusión: los baserritarras, con un 20-30% de ingresos provenientes de la PAC y el 70-80% restante del mercado, deben atender a la PAC pero sin obsesionarse y sin perder la perspectiva puesto que la piedra angular de su rentabilidad está en el mercado y en sus consumidores finales y no tanto, en los euros que le pagarán desde Europa por hectárea de tierra o cabeza de ganado que disponga.

Tercera y última conclusión: los ganaderos deberán hacerse con más hectáreas, o no, en función de las necesidades reales de su explotación (costes de alimentación, purines, etc.) y no en función de la PAC pero, al mismo tiempo, sin olvidar que, reforma a reforma, sucesivamente, lenta pero imparablemente, nos dirigimos hacia una PAC basado en la tarifa plana por hectárea de tierra gestionada correctamente, eso sí, desde el punto de vista medioambiental.

Otros países, principalmente, los del Norte ya han dado pasos en ese sentido y nosotros, aunque sea de forma desganada, deberemos caminar en esa dirección.

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