La esperanza cárnica



El sector de la carne de vacuno anda, ciertamente, revolucionado por unos precios al ganadero, digámoslo, esperanzadores. Me explico.
Euskadi cuenta actualmente con aproximadamente 5.500 explotaciones bovinas, tanto de carne como de leche, pero mientras las lecheras apenas llegan a las 800 el resto son explotaciones de vacuno de carne. Es decir, las explotaciones de vacuno de carne, al cierre del año 2013, eran 4.686 de las que 581 eran alavesas, 2.134 gipuzkoanas y 2.134 bizkainas.
Resumiendo, Euskadi cuenta con un alto número de explotaciones de carne de una dimensión productiva mínima y fuertemente diseminada por todo el territorio pero donde se da la siguiente paradoja, mientras la mayoría de los ganaderos viven en pequeñas poblaciones con escaso consumo y por lo tanto, estos ganaderos tienen que vender sus animales a carniceros o supermercados de municipios próximos, en el caso contrario, en los municipios más poblados tenemos mucha población, mucha superficie comercial (sean carnicerías tradicionales o supermercados) y poco baserritarra.
Por ello, en esta coyuntura es donde la capacidad de concentrar la oferta de carne por parte de las cooperativas es vital para el futuro de las explotaciones ganaderas que individualmente no tienen acceso a los nuevos nichos de consumo pero incluso para las propias carnicerías y supermercados, la cooperativa es la herramienta imprescindible que les garantiza un suministro de carne de calidad, continuado y con el volumen que estos centros requieren.
Los carniceros tradicionales, que tienen que lidiar con una imparable bajada del consumo de carne per capita, cada vez optan más por ir diversificando sus ingresos y por ello, además de la carne al corte, ofrecen productos elaborados por ellos mismos para aquellos consumidores que valoran la comodidad pero también amplían su gama de producto hasta el punto de que muchas carnicerías son verdaderas tiendas gourmet.
Los supermercados por su parte, intentan atraer al consumidor reorientando su oferta cárnica y algunos al menos, optan por ir disminuyendo el embandejado (hasta hace poco, símbolo inequívoco de modernidad) para volver a introducir la carnicería al corte y asimismo, vuelven a valorar la carne del productor local.
Ante este panorama, el trabajo de la cooperativa Harakai-Urkaiko, cooperativa que el próximo mes cumple sus primeros 25 años de andadura, aunando la oferta de carne de sus numerosos socios (pequeñas explotaciones de los tres territorios), sacrificando sus animales en su propio matadero de Zestoa, despiezando y comercializando desde su nueva planta de Zumaia, es vital para el futuro del sector cárnico vasco.








Además, ésta cooperativa ha alcanzado una serie de acuerdos con las cadenas Eroski como Uvesco por lo que el futuro, con todos los problemas inherentes al mercado, se vislumbra esperanzador. Eroski, ha dado un fuerte arreón a la demanda con su acuerdo con la cooperativa Harakai-Urkaiko para que toda su carne Natur sea carne label (hasta hace poco, Ternera Gallega) y en las nuevas tiendas ZUREKIN ha optado por introducir una carnicería label dentro del centro; mientras tanto, la firma irundarra Uvesco está también adoptando pequeñas decisiones que pueden suponer, con el tiempo, un fuerte respaldo a la demanda de carne local.

Esta nueva apuesta de estos operadores (sin descuidar el flanco de las carnicerías tradicionales) junto con la coyuntura de mercado exterior con fuerte demanda de pasteros para la exportación para los países del Oriente próximo, ha conllevado un alza en los precios al ganadero, al menos para los ganaderos encuadrados en la cooperativa, y esperemos que este alza en los precios, junto con una pequeña bajada en los precios de los piensos, pueda suponer una mejora de la renta del productor y de paso, animar a los mismos para que incrementen su producción y poder atender la demanda de los operadores antes mencionados.
Eso sí, para que la situación sea sostenible en el tiempo y deje de ser un espejismo coyuntural, la apuesta de los carniceros tradicionales y de estas cadenas por la carne local deberá ser refrendada por el consumidor. Ósea, por usted.

Xabier Iraola Agirrezabala

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