KANPOLIBREAN.Bruselas es la leche


LA semana pasada se celebraron dos encuentros, reuniones o conferencias de gran importancia para el sector agrario y a través de esta aportación semanal voy a intentar dar cuenta de las mismas.
Comenzamos el martes 24 con la última reunión del Trílogo en Bruselas, donde se remataron los flecos pendientes desde junio y que posibilitarán la aprobación de la reforma en tiempo y forma para su aplicación real desde el 1 de enero de 2015.
En esta reunión, pasando por encima los tiras y aflojas entre las tres instituciones competentes en la aprobación, se acordaron cuestiones como el techo máximo de ayudas en 300.000 euros, la degresividad, que consiste en la reducción de un 5% de las ayudas a partir de los 150.000 euros, el porcentaje de cofinanciación del desarrollo rural y la fijación de los porcentajes de fondos que se pueden trasvasar entre los dos pilares. Llama la atención que se haya aprobado la posibilidad de trasvasar un 25% de los fondos del segundo pilar hacia el primero.


El tope máximo de 300.000 y la degresividad a partir de los 150.000 euros son cuestiones que no afectan al sector agrario vasco, mucho más reducido en lo que se refiere a la dimensión de las explotaciones pero es una buena pero timorata decisión, puesto que si abogamos por orientar los fondos hacia los profesionales eliminando a los perceptores menores con actividad casi testimonial, es lógico que se de ejemplo y apliquen topes por arriba para no sobrecompensar a las explotaciones mejor dimensionadas y más rentables.
La segunda reunión que quisiera comentar se celebró el mismo día y en esa misma ciudad. Allí se celebró la conferencia de alto nivel para abordar el futuro del sector lácteo después de la extinción de las cuotas en 2015.
Más de 400 expertos se dieron cita durante una intensa jornada donde la leche fue la protagonista. Se hicieron varias presentaciones sobre la situación del sector (Momagri, COPa-COGECA y European Milk Board) aunque el estudio estrella fue el presentado por Ernst &Young, a petición de la Comisión Europea. El informe no presenta grandes novedades y descarta la necesidad de nuevos instrumentos. Durante el debate cogió fuerza la idea de pagos directos excepcionales o apoyo contracíclico en casos de crisis y fuertes bajadas de precios.
Europa, una vez más, trata a posteriori de paliar los daños ocasionados por sus decisiones y en este caso, anda ahora enfrascada en la reflexión para inventar qué instrumentos deben aplicarse para hacer frente a las consecuencias de la eliminación de cuotas cuando la producción láctea europea no supera la cuota total europea. Claro que hay años en los que algunos países rebasan su cuota estatal pero a nivel global nunca se alcanza a rebasarla.
Las expectativas de mercado esgrimiendo el crecimiento de la población mundial y el incremento en el consumo de lácteos por el cambio de hábitos de consumo en estos nuevos continentes justifican, al menos teóricamente, tomando como referencia los informes elaborados por estas grandes consultoras que se dedican a hacer prospectiva y no dan una, la eliminación de las cuotas lácteas pero en mi humilde opinión, pretender que los ganaderos europeos vayan a proveer de lácteos a estos nuevos consumidores es algo irreal que lo único que va a ocasionar es la desaparición de cientos de explotaciones de montaña, la concentración de la producción en las zonas más productivas y la apertura de nuestros mercados a la leche de las grandes empresas americanas y oceánicas. Mucho me temo que, una vez más, Europa, basándose en informes de parte irá abriendo sus puertas a los productos agrarios de aquellos países a los que pretende proveer de productos industriales, servicios, tecnología, etc.

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