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La conclusión del presidente

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  La sección de política del periódico viene cargada de noticiones pero me llama la atención la destitución fulminante de todo el consejo de ministros por parte del presidente. Según informó en la rueda de prensa posterior, fue en consejo de ministros donde adoptó la decisión de destituirlos a todos, como se dice vulgarmente, fulminados de raíz. El presidente ha dado todo tipo de detalles sobre los motivos de tan tremenda decisión y así, uno a uno, ha ido desgranando el detonante. El presidente ha fulminado a la ministra de administraciones públicas que mediante orden ministerial, acto administrativo con el que evitó el refrendo del Consejo de Ministros, ha decidido el traslado de todas las sedes ministeriales, entidades gubernamentales, institutos oficiales y demás instituciones del gobierno central a municipios menores de 3.000 habitantes de cualquiera de las provincias. La orden prevé el traslado, forzoso y obligatorio, de dichos centros de poder y lugares de trabajo con el

El granero a rebosar

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  Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero, dice el dicho popular, sabio como siempre, que yo, personalmente, visto lo visto últimamente, lo retocaría para enunciarlo de la siguiente forma: “una zancadilla no te mata, pero una tras otra, se carga al compañero”. Viene a cuento la referencia al dicho popular porque, al igual que un cúmulo de sucesivas decisiones y actuaciones favorables puede resultar vital para el buen devenir de nuestro futuro personal y colectivo, también ocurre en sentido contrario que un cúmulo de pequeñas decisiones negativas acaben por truncar el futuro, tanto personal como colectivo. Me explico. Tras la decisión del Gobierno Central de dotar de una mayor protección al lobo,  nótese que digo Gobierno Central y lo hago conscientemente porque esta decisión es una decisión adoptada por el Gobierno Central  en su conjunto pero muy especialmente por un PSOE que ha querido mostrar músculo ante el electorado ecologista donde el socio PODEMOS tiene un fuerte

La calderada de Teresa

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  De niños nos decían que no se habla con la boca llena y algo parecido ocurre con el acto de escribir, puesto que uno no debiera ponerse a escribir con el alma supurando rabia como me ocurre a mí en estos momentos. No debiera escribir, pero lo voy a hacer por que necesito dar salida a ese gas metano que me ha generado algunas noticias de estas últimas semanas y que me están oxidando las entrañas. Pido disculpas de antemano. Esta semana, la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y la Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en adelante MITECO, ha aprobado tras una reñida votación, doble votación incluida, la inclusión del lobo en el listado de especies silvestres que, traducido al pópulo, significa que la especie dejará de ser cinegética, que no podrá ser cazada, en todo el territorio y no, tal y como ocurría hasta ahora, donde más arriba del Duero podía ser objeto de caza. Si uno analiza el resultado de la votación, podemos observar perfecta

Un minuto

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  Hace un año me encontraba organizando una jornada sobre desarrollo rural para el mes de abril cuando mi compañera de trabajo me preguntó si iba a seguir adelante con dichos preparativos viendo la dimensión que iba alcanzando la Covid en la lejana China. Yo, en un alarde de visión de futuro que debiera recogerse en todos los tratados de prospectiva, le respondí tajantemente: “No pienso dedicarle ni un sólo minuto al virus ese”. Lo que sigue, ya lo conocen, puesto que lo sufren y padecen al igual que el resto de los mortales. Ahora, un año después, nos encontramos surfeando la tercera ola ,¡y las que te rondaré, morena!, con la salud traspuesta, el alma encogida y el bolsillo deshilachado y aunque, la afección tanto sanitaria como laboral o económica va por barrios, lo cierto es que todos, tenemos el ánimo tocado y no son pocos quienes muestran síntomas depresivos y los hay que incluso con grandes problemas para concitar el sueño. Algunos recurren a tomar medicamentos, los hay

Eufemismos

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  Eufemismo es definido como aquella “p alabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca” es decir, utilizar palabras más finolis para no herir o soliviantar al personal. Si usted lee en una oferta de empleo que se necesita un gestor de espacios públicos, lo que menos imagina es que se están refiriendo al personal de limpieza viaria y si a usted le comentan que el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica ha aprobado una Ley de Resiliencia Rural, al igual que me ha ocurrido a mí, lo menos que imagina es que se trata de una ley destinada a reducir la tasa de suicidios entre los agricultores con medidas para que los funcionarios que hacen trabajo de campo hagan un mejor manejo y detección del estrés, formarles en la prevención de suicidios, una campaña de sensibilización de la población sobre los problemas que tienen los agricultores,etc. y todo ello por que, lamentablemente, la tasa de suicidios entre agr

El Club de Pesimistas

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  Mi último artículo, concretamente el de la semana pasada, lo reconozco, rezumaba pesimismo a raudales. Así me lo comentó mi amigo Eduardo y no tuve más remedio que darle la razón aunque, quizás como justificación no solicitada, le respondí que era lo que tenía convivir y trabajar con y por los baserritarras, esos productores de alimentos y modeladores del paisaje que hace unos cuantos años, una empleada del ayuntamiento de Azpeitia, identificaba como “los de las manos con los dedos gordos”. Otro amigo, hablando de pesimistas me llegó a sugerir luchar por la presidencia del Club de Pesimistas y para ir rearmando mi corpus teórico, me sugirió la lectura del blog “La nuestra Tierra” que con un bello estilo literario, al menos a mí me lo parece, aborda diferentes temáticas agrarias y rurales, eso sí, con un pesimismo que deja el mío al nivel del optimismo moderado. Indagando en el mismo, he disfrutado con una entrada titulada “la inexorable muerte de los pueblos” donde se plantea, de

El Umbral de la Dignidad

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  Comienza el nuevo año con los típicos ingredientes de la climatología invernal. Bajas temperaturas, fuertes precipitaciones y este año, destaca sobremanera, la importante presencia de la nieve en las zonas montañosas. La población, confinada y con la movilidad amputada, se ha lanzado en tromba a los montes, con sus potentes vehículos hasta el límite de la parcela, ocupando calzadas y cunetas, obstaculizando así el acceso y la movilidad de los paisanos y de paso, dañando las praderas, escenario de los juegos familiares con el incansable subeybaja de los trineos de plástico. Los hay de todo pero me sulfuran especialmente aquellos que suben al monte basándose en el erróneo principio, asumido por una inmensa mayoría, de que el monte es de todos y por lo tanto, su disfrute, no así su cuidado y su trabajo, es por lo tanto, libre, general y gratuito. Arrancamos, por otra parte, el nuevo año con los mismos síntomas del año pasado. En euskara existe una expresión “zaharra berri” que