Pocos y mal avenidos
Desconozco si el ministro Garzón era consciente de la polvareda que iba a levantar con sus declaraciones en la prensa británica. Desconozco asimismo, si con un ministerio de perfil bajo como el suyo, lo único que pretendía era hacerse notar y así, estar en el candelero ante una “fashionaria” vicepresidenta Díaz que acapara todos los focos mediáticos. Desconozco, aunque lo pueda intuir, si algunos partidos de la derecha están sobreactuando conscientes de que este torbellino pueda venirles como anillo al dedo en las inminentes elecciones a la Junta de Castilla y León. Ahora bien, sé de primera mano, que el ministro Garzón ha abierto en canal, nunca mejor dicho, la cuestión cárnica situándola en el debate público y político, a la luz de los focos, con el riesgo previsible, que el debate acabe desenfocado en perjuicio, una vez más, del sector ganadero. Igualmente, constato que el ministro Garzón ha logrado aflorar la división que se encontraba latente en el propio sector ganadero y tod...