La Cucaracha
Hace unos quince días, exactamente el 21 de septiembre, fue el Día Mundial del Alzheimer. Un día señalado en mi casa puesto que mi padre murió por ello tras 10 intensos años de enfermedad. Los primeros años, más allá del duro momento en que dejó de reconocernos a los de casa, fueron buenos y tengo que reconocer que en esos largos primeros años llegué a conocer la faceta alegre de un hombre, mi padre, cuya vida hasta casi los 80 años, estaba dedicada en pleno al trabajo. Menudas tardes nos pasábamos escuchando sus canturriadas. Al final de su vida, la enfermedad mostró su peor cara y hasta las pequeñas cosas del día a día eran una auténtica tortura y así, ante su reducida movilidad, llegó un momento en el que tuve que recurrir a la música para animarle a que se levantase de la cama y poder acercarlo hasta la ducha (¡ducha-lucha, decía él!). Era entonar la canción de la Cucaracha y sus piernecillas se ponían en marcha en dirección hacia la ducha. Por el contrario, sin Cucara...