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Mostrando las entradas etiquetadas como ministerio de transición ecológica

Teresa vence, pero no convence

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  La cuajada, postre tradicional vasco elaborado con leche fresca de oveja, es mi postre preferido (con permiso, de la tarta de queso del restaurante Arregi de Berastegi) y los que me conocen bien, saben que, en caso de que figure en la carta, me es imposible resistirme a la tentación. Hay gente que la come a palo seco, sin añadirle nada, ni azúcar ni miel, pero en mi caso no es así. Yo, quizás por mi innato carácter agrio, necesito del toque dulce y, aunque mayoritariamente opto por el azúcar, me llama poderosamente la atención la dejadez, creciente, que observo en algunos establecimientos que acompañan la cuajada, casera por supuesto, con una miel industrial, de pésima calidad y origen chinesco. Lamentable. Por cierto, los pastores que producen la leche de oveja con la que se elabora la cuajada, andan cabreadísimos con la política que está activando el Gobierno Central y más concretamente, en lo relativo a la cuestión del lobo. Como recordarán, allá por el mes de febrero, la mini

Amiplín

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  Tengo un amigo que lleva un tiempo estresado por cuestiones laborales a consecuencia de la pandemia y en un alarde de gracejo, ha bautizado a su tranquilizante de cabecera, como la pastilla Amiplín que, sorprendentemente, le sitúa en un estado anímico de pseudo-pasotismo que le permite llevar una vida más placentera. Es algo parecido a cuando te preguntan, ¿qué tal vas? Y le respondes, muy amablemente, “quitando todo lo malo, bien”. Pues bien, en estas estamos cuando comparto mesa con unos cuantos ganaderos de vacuno de leche que miran al futuro, por no decir presente, con algo más que temor. Agudizo el oído y con paciencia histórica para escuchar, acción que ejercitamos menos de lo necesario, sus vivencias , sus quejas y sus planteamientos, me cuentan que en los últimos años sus explotaciones proporcionan una rentabilidad justa, por no decir insuficiente, si tenemos en cuenta la gran inversión en maquinaria e instalaciones que necesitan para estar al día y no poder comba, si

Camino se hace al andar

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  Mis lectores habituales son conocedores de mi paso por dos colegios, Puente la Reina en Navarra y Alba de Tormes en Salamanca, de una misma orden, los padres del sagrado corazón, popularmente conocidos como Padres Reparadores y en la jerga eclesiástica como los dehonianos, en honor al fundador. De aquella larga estancia de 6 años en el internado no guardo más que buenos recuerdos aunque les tengo que reconocer que, al menos en los primeros cursos, se me hizo bastante duro aquello de no volver a casa más que en tres ocasiones al año, Navidades, Semana Santa y Verano. Particularmente dolorosa me resultaba la Navidad, mejor dicho los previos a la Navidad, cuando lloraba como una Magdalena al escuchar la pegadiza melodía del anuncio turronero con la sensiblera letra de “vuelve, a casa vuelve, vuelve a tu hogar “.  Pues bien, no sé si es por el hondo recuerdo de aquellos anuncios o por el poso religioso adquirido en el colegio, la cuestión es que el espíritu navideño se apoderó de m