Propósito de enmienda
Jon era un niño que destacaba por pegar a todos sus compañeros de clase. Les metía un sopapo e inmediatamente, les pedía perdón. Llegó el día en que la profesora se hartó del niñato y le sacudió, delante de toda la clase, un tortazo de esos que hacen historia, tras lo cual le pidió perdón. Tras el incidente, la profesora, tomando como ejemplo al niño pegón, expuso al conjunto de la clase que pedir perdón no sirve para nada, si junto con la solicitud de perdón no va el propósito de enmienda, es decir, si no hay una intención clara de corregir lo mal hecho. Saco a colación esta anécdota, de la que tuve conocimiento leyendo un ingenioso artículo periodístico, por que en la actualidad venimos observando numerosas informaciones en diversos medios de comunicación que alertan de la falta de alimentos en los comercios. Que si falta leche, que si empieza a escasear la carne de conejo, que las estanterías de los huevos están vacías, etc. y así, suma y sigue, hasta generar una alerta en...