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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Ante todo, funcionario

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  Arantzazu, fue el escenario elegido para celebrar el 25 aniversario de la Artzain Eskola (Escuela de Pastores) de Gomiztegi este sábado pasado. El acto contó con las máximas autoridades vascas encabezadas por el propio Lehendakari, Iñigo Urkullu y con una nutrida representación sectorial donde los pastores, obviamente, tuvieron un protagonismo merecido. Escribiendo como escribo, en vísperas del acto, la mente se me aturulla y me vienen dos personas que, en mi humilde opinión fueron claves para su puesta en marcha, para un acertado planteamiento estratégico y finalmente, para un trabajo en común, en rebaño diría yo, porque estos frutos, como suele decirse en lenguaje polítiqués, es decir políticamente correcto, son el resultado de un equipo y no de individualidades. Esta misma semana, estuve presente en los premios Gonzalo Nárdiz (primer consejero de agricultura del Gobierno Vasco en el ejecutivo del Lehendakari Agirre) que concede el Gobierno Vasco y que este año, recayó en Ferna

Con un par

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La semana pasada los jabalís anduvieron por Azkoitia como Pedro por su casa, arrasando las praderas de numerosos caseríos cuyos propietarios se indignan, con razón, ante los frecuentes ataques de estas fieras que con su hocico levantan las praderas y las dañan, de tal forma, que no se puede meter maquinaria alguna, puesto que, con sus picardías, término que utilizan algunos baserritarras, te dejan la finca totalmente inservible. Impotencia es lo que sienten los baserritarras ante tanto ataque y ante la incomprensión del conjunto de la sociedad que, hasta que no se acerca a las ciudades, ni se inmuta con estos daños en las praderas y fincas. Algo similar ocurre con otras especies como el corzo, buitre y/o el lobo cuyos daños, mientras sean exclusivamente sufridos por los baserritarras y otras pocas personas del mundo rural, pasan totalmente desapercibidos. El día que algún buitre enganche a algún montañero o el lobo, tal y como ha ocurrido recientemente en Italia, ataque a las persona

El Club de los Cascarrabias

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    Dice mi amigo Bixente, forestalista con F mayúscula, que es una pena que, a mi juventud, sea un auténtico cascarrabias que, constantemente, se queja, por no extenderme demasiado, de los ecologistas, de las happyfurgos, de los consumidores incoherentes, de los daños por fauna salvaje, de la carne artificial, de los humanizadores de perros, de los sacamantecas de la distribución, y/o del pasotismo de algunos políticos. Puestos a hacer un examen de conciencia, creo que Bixente tiene razón y por ello, junto con el mismo Bixente, además de un par de mi cuadrilla, voy a empezar los trámites burocráticos para crear el Club de los Cascarrabias. Lo primero que tengo que hacer es poner una normativa breve pero clara, donde sólo tengan cabida, aquellos que nos caigan bien a los cuatro fundadores del club y para ello, dado el amplio espectro de gente susceptible de asociarse, estimo que, en el primer punto de sus estatutos fundacionales, deberá quedar meridianamente claro que en este club