El tupé de Donald Trump
Me llama poderosamente la atención a que grado de banalidad, cuando no estupidez, hemos llegado en este mundo globalizado e interconectado, total y permanentemente a través de los medios y redes sociales. Vengo oyendo y leyendo estas últimas semanas, el interminable proceso electoral que siguen en los Estados Unidos de Norteamérica y más concretamente, me llama poderosamente la atención la atracción informativa que sentimos por el sistema de caucus que siguen en los estados más rurales donde rudos vaqueros, verdaderos fanáticos de la religión y de fuertes convicciones conservadoras, principalmente en el bando republicano, se reúnen en iglesias y escuelas para celebrar unas votaciones donde van descartando sucesivamente los candidatos menos votados hasta dejar, finalmente, bien claro cuáles son los favoritos. Pues bien, como decía, seguimos con gran interés el devenir del histriónico multimillonario Donald Trump (¡Dios nos pille confesados, si el magnate del tupé dorado tri...