La centralita telefónica
Después de una larga y tortuosa racha pesimista, le tengo que confesar que estos últimos días me encuentro razonablemente optimista, rayando en la euforia que diría aquel, al comprobar que mi último artículo, “El dúo dinámico”, reclamando la participación activa de los responsables máximos del Ministerio en la cuestión láctea, fue atentamente leído en el caserón de Atocha. Me consta que, no sólo en sede ministerial, si no que también fue igualmente leído en las sedes de las principales cadenas de distribución, así como en la FENIL (Patronal láctea) e INLAC (Interprofesional Láctea). De seguir así y viendo la influencia de mis escritos, en pocos meses, creo que pasaré de ser un simple juntaletras a reputado articulista. Acabar de leer el artículo y comenzaron a sonar los teléfonos en diversas direcciones. El teléfono ministerial ardía reclamando a las empresas distribuidoras una mayor valorización de la leche en los lineales y. tras enviarles una copia del último informe del Observ