Pesimismo
Les tengo que reconocer que no llevo una buena temporada. Los datos y los comentarios que me llegan de aquí y de allá no son nada halagüeños y consecuentemente, por mucho que uno se empeñe en ser un optimista empedernido, la moral se resiente. La semana pasada di cuenta de los inquietantes datos sobre la brecha salarial o de rentabilidad que el campo tiene para con el conjunto de la economía (un 30% menos si contamos las ayudas europeas y un 65% en ausencia de las mismas) y si bien, cuando se manejan datos estadísticos, uno debe ser precavido y consciente que las estadísticas reflejan medias que dejan en la sombra numerosas realidades particulares, me ha llamado la atención sobremanera que los datos hayan causado una gran sorpresa en mucha gente y particularmente, entre personas con responsabilidades sectoriales tanto privadas como públicas. Uno que ya lleva bastantes años vinculado a la cuestión, sin necesidad de grandes datos estadísticos pero con datos económicos particular...