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Mostrando las entradas etiquetadas como Pablo Iglesias

Escupir para arriba

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A la vuelta de las fiestas patronales, con el cuerpo dolorido por el bamboleo y rígido como si lo hubiese encorsetado con hormigón, no salgo de mi asombro de la escandalera que se ha montado por la compra de un chalet por la pareja de líderes de Podemos, Montero-Iglesias, que han decidido invertir su presente y futuro en un chalet en la sierra que les va a costar, nada más y nada menos que, 600.000 euros. Dice la prensa cortesana que el chalet donde los Iglesias-Montero piensan criar los mellizos lo mejor que puedan, correteando por el jardín y pronto dando las primeras brazadas en la piscina privada, es un verdadero casoplón que para sí quisieran, no sólo sus millones de votantes y seguidores, sino también varios millones de votantes de esa derecha ultraliberal y capitalista a la que tanto atacan por sus usos y costumbres burguesas. A mí personalmente no me parece nada mal que nuestros políticos tengan patrimonio e inviertan su dinero lo mejor posible dentro de la legalidad p

La banda de los cuatro

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Ya hace unas semanas hablaba de los amores y desamores de Pedro y Pablo, que tanto se acariciaban como zascaban con el permiso del combativo Albert y aprovechando que Mariano sigue en la siesta, y ahora, tras unos cuantos meses de dimes y diretes, tuits y retuits, declaraciones virales y demás chorradas de la política moderna, nos volvemos a encontrar en la casilla de salida de una carrera de trileros que no saben interactuar y cooperar, si no son ellos mismos los protagonistas de la película. Mariano, hace tiemnpo que se echó a la bartola, porque él no quiere participar en ningún juego que no le garantice el sillón presidencial; Pedro se afanó en buscar el cambio con más ganas que acierto y combinando entre lo que él desea y lo que su comité federal le deja; Pablo ha jugado a desestabilizar el tablero con unas formas más que contraproducentes y confiando que a la próxima partida, con la pértiga garzonista, podrá pasar por encima de Pedro y finalmente, está Albert que auto

El poder está en tus manos

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La gente, palabrita que se ha puesto de moda últimamente en el ámbito político con Iglesias reclamando un gobierno para la gente e incluso con Otegi que la utilizó en su discurso del Velódromo para referirse al pueblo o ciudadanía, ha llegado al mundo de la publicidad a través de una empresa que, queriendo aprovecharse de la ola, se anuncia en televisión como “el jabón de la gente”. La utilización de este término, entiendo que, es una estrategia para lograr la complicidad de la mayoría de la población, lo que antes se llamaba el “pópulo”, frente a los inconfensables intereses que alberga una minoría de la población a la que ahora, denominan o denominamos, la casta. Pues bien, mientras la gente se harta en decir que este país va “de culo, cuesta abajo y sin freno” y que, mientras los políticos se enzarzan en peleas inútiles, el pueblo tiene el bolsillo exhausto, la realidad es que los pocos “autóctonos” que nos hemos quedado esta Semana Santa cuidando el pueblo, en mi cas

La nueva música de Pablo

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Observo con gran interés el sainete protagonizado por los líderes políticos del Estado a la hora de conformar el Gobierno de la piel de toro y no dejo de acordarme de Xabier Arzalluz cuando, refiriéndose a las tediosas negociaciones para conformar bien el Gobierno Vasco bien las diputaciones forales, hacía alusión al reino animal y al pavoneo previo de algunas aves antes de llegar al apareo. Osea, primero hay que sacar pecho, meter culo, lucir las mejores plumas, marcar territorio propio para intimidar al adversario y finalmente, llegar al inevitable acuerdo donde todos, se dejan pelos en la gatera.   Actualmente tenemos a un Mariano noqueado, observador incrédulo y pasmado ante un tren que se le escapa delante de sus propias narices, frente a Pedro que tras haber obtenido los peores resultados del PSOE en toda su historia se encuentra en una posición con la que ni soñaba el 19 de diciembre (menos aún, el 21 de diciembre) y negociando a dos manos, con la mano derecha negocia