Letizia, Sofía y Cristina; el nuevo Trío Calaveras
Cogí los días rojos de la Semana Santa para recluirme en mi guarida costera de Armintza, correr a las mañanas por las endiabladas cuestas, vermuth mañanero, siesta y así, día va y día viene, en un malvivir que para qué les voy a contar. La verdad sea dicha, me marché con cierto remordimiento al pensar que lo que es normal para una gran mayoría de ciudadanos que trabajamos en empresas, oficinas, …, ósea, tomarse unos días de vacaciones por aquello de hacer más liviano el duro ajetreo del día a día, es algo inusual o imposible para un montón de gente autónoma y entre ellos, por supuesto, quisiera destacar a los agricultores y ganaderos que toman sus vacaciones anuales, una semana como máximo, no en la época que ellos quisieran sino en la época de menor carga de trabajo. Avanzando en la reflexión, mientras iba con la lengua fuera por las empinadas cuestas, caí en la cuenta lo poco atractiva que puede resultar ese modo de vida para muchos jóvenes que, incluso los descendientes de