Sal de frutas
Asistí recientemente a una sugerente mesa redonda sobre alimentación al sentirme interpelado por el llamativo título de ¨¿Somos lo que comemos o comemos como somos?” y en el transcurso de la misma escuché verdades como puños con las que, en gran medida, estaba de acuerdo. La apuesta, personal y colectiva, por una alimentación saludable y sostenible parece ser algo innegable si bien todos somos conscientes de las muchas y constantes incoherencias que cada uno de nosotros protagonizamos y que al final, la simple apelación a dichos adjetivos, saludable y sostenible, puede acabar siendo un mantra comercial en boca de cualquier despiadado. Los alimentos de calidad y de proximidad, a poder ser de temporada, la importancia de dedicar tiempo suficiente y de calidad al acto de la compra y a cocinar, a poder ser implicando a los más jóvenes en ambas tareas, el mimo hacia los productores, pequeño comercio frente a formatos inmensos y lejanos, la opción por una hostelería comprometida co...