Lobos disfrazados de ovejas
Imagino la zozobra que albergará a mis amigos brasileños de la CONTAG tras la victoria política de Bolsonaro. Hace un par de semanas, en los pasillos de la FAO en Roma, su vicepresidente Alberto Broch, me trasladaba la inquietud que les generaba la sola posibilidad de imaginar la victoria de un personaje así al que definía, no como ultraderechista, sino como, lisa y llanamente, fascista. Veremos en qué y cómo les afecta a los millones de campesinos de este gigantesco país donde la agricultura tiene un gran peso. Más cerca, la zozobra ha llegado a los numerosos ganaderos vascos que practican una ganadería extensiva o semi-extensiva, combinando los pastos colindantes al caserío con los pastos montanos, al conocer por la prensa que el Gobierno Vasco ha aceptado incluir el lobo en el Catálogo de Especies Amenazadas de Fauna y Flora del País Vasco. Indagando un poco en la inquietante noticia compruebo que no es que el Gobierno haya incluido el lobo en dicho Catálogo sino que ha a