Las palabras del sabio Tomás


Tomás García-Azcárate, director de mercados agrarios de la Comisión Europea era el ponente estrella de la habitual jornada que la organización agraria ENBA suele celebrar en vísperas de la Navidad.

Experto agrario con amplia trayectoria tanto en el seno de la Comisión como en el campo universitario y un excelente comunicador que como todos los sabios es capaz de hacer sencilla una cuestión tan árida y compleja como la política agraria europea y todo ello, aderezado, de un gracejo propio de los andaluces que hace que sus oyentes estén escuchándoles con la sonrisa permanente en la cara.

Eso sí, no da puntada sin hilo, y por ello, hay que estar bien atentos a los mensajes de fondo que va dejando caer en los numerosos foros a los que es invitado como artista haciendo bolos. En Donostia, dejó varios mensajes a tener en cuenta pero voy a aprovechar esta ocasión para centrarme en dos de ellos.

En primer lugar, Tomás planteó la necesidad de legitimar mejor la existencia de una política agraria y de sus polémicas ayudas directas puesto que cada cada vez es más difícil justificar que las administraciones destinen sus fondos a una política sectorial que amplias capas de la sociedad consideran como antigua y obsoleta. Por lo tanto, en un escenario de mayor estrechez económica y con mayores objetivos a cubrir con el exiguo presupuesto comunitario (menos del 0,7% que todos reclaman para los más necesitados) es más que necesario que el sector agrario y los políticos del ramo vayan, vayamos, construyendo las bases de una nueva legitimidad y para ello, en su opinión, no hay mejor opción para garantizar el futuro de las ayudas a los agricultores que garantizar una actividad primaria que genere bienes públicos y además, garantizar que dicha actividad se desarrolle, de forma equilibrara y armoniosa, a lo largo y ancho de todos los territorios que componen la unión europea.

Cuando Tomás habla de la generación de bienes públicos como el paisaje, la biodiversidad, la gestión territorial, etc. me viene a la cabeza un palabrejo que hace unos años parecía el mantra de la PAC, la multifuncionalidad, y que ahora ha desaparecido del léxico comunitario. Pues bien, la antigua multifuncionalidad y la actual generación de bienes públicos vienen a ser, al menos en mi opinión, lo mismo o cuando menos, las dos caras de la misma moneda, puesto que ambos términos se refieren a aquellas cuestiones que, aún superando la propia actividad, son inherentes e inseparables de la propia actividad agropecuaria.

¿quién, si no, los pastores con sus ovejas han gestionado los pastos de montaña de Aralar, Gorbea y Aizkorri y además, con un patrimonio genético como la oveja latxa? ¿quién, si no, los “vaqueros” con sus vacas han modelado las praderas de nuestros pueblos? ¿Quién, si no, los forestalistas han mantenido un mosaico boscoso diverso, con coníferas y frondosas con una correcta gestión que ha supuesto una verdadera muralla a los incendios? ¿quién, si no, los horticultores han salvaguardado y desarrollado variedades locales y con ello, nuestra cultura gastronómica?


En estos momentos donde el Gobierno Vasco está efectuando las reuniones informativas para la presentación de varios ZEC (Zona de Especial Conservación) ante los baserritarras y entidades afectadas, reuniones que soliviantan a los ganaderos allí presentes, es más necesario que nunca que los baserritarras, conscientes de lo que viene, tanto de Lakua como de Bruselas, se vayan armando moral y argumentalmente con los fundamentos para satisfacer los requisitos impuestos por políticos y técnicos y responder, al mismo tiempo, a las demandas que la sociedad, al menos teóricamente, traslada a sus autoridades y que estos aluden cuando quieren imponer todo tipo de restricciones al uso habitual y tradicional de los baserritarras.

La segunda referencia de Tomás es una pequeña coletilla que introdujo en su presentación a última hora y que decía que “las vacas lecheras vuelvan a los prados”. Una apelación que agitó la sala e inquietó a los ganaderos de leche allá presentes puesto que, el titular, cruzó la sala del Kursaal como un misil contra la línea de flotación de la práctica ganadera de estos lares.

Consciente de que dicha frasecita iba a crear desasosiego entre los oyentes, aproveché el café previo a su charla para hacerle, privadamente, la siguiente pregunta: defendiendo como defiendes una política agraria para la actividad agraria generadora de bienes públicos, en tu opinión, ¿lo verdaderamente importante para la sociedad europea es que las vacas lecheras pasten físicamente sobre la hierba o, que las praderas y los pastos de montaña se gestionen correctamente y consecuentemente, se gestiones el paisaje?. La respuesta, como no podía ser de otra forma, fue la segunda opción, la correcta gestión de los territorios y praderas.

Tomás, con total acierto, quiso llamar la atención de aquellos ganaderos que por diferentes razones optan por soluciones de alimentación animal que proponen una alimentación totalmente externa y a la carta, servida en casa, día a día, donde los ganaderos pasan de ser ganaderos y gestores de territorio a meros ordeñadores.

Créanme, no es ciencia ficción, en Euskadi hubo un intento y resultó un fracaso pero, según me dicen, en otras zonas de la Cornisa es una práctica que se va extendiendo. Por ello, además de las palabras del sabio Tomás, debemos tener en cuenta las palabras del viejo diablo gallego Jesús Lence, propietario de Leche Rio, que ante la previsión de bajada de precios hasta los 0,25 €/litro por la liberalización de las cuotas, augura un mal futuro para las ganaderías totalmente dependientes del pienso y llega a afirmar que las que no tengan base territorial deberán desaparecer.

Saquen conclusiones.

Xabier Iraola Agirrezabala

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Multifuncionalidad? Generación de bién público? Podemos estar de acuerdo. El problema de todo esto radica en quién define que es una multifuncionalidad o un bién público. Por que lo que de verdad asusta, es la visión que tienen algunos de lo que entienden como hay que conservar el "jardin". En algunos casos con opiniones contradictorias y nada favorables a un medio rural productivo. Gente acomodada, con las necesidades básicas cubiertas, no importa de donde ni que, con muchas horas de disfrute y una visión distorsionada e idealizada de lo que les gustaria que fuese su "jardin". De lo que es autóctono y lo que no es. Eso si entre otras cosas, compran alimentos europeos que tendrian precios prohibitivos si no estarian subvencionados, visten sus casas con madera tropical (autóctona en su pais) y "comparten" mucho el vehiculo privado .... (gracias por traerme, gracias por llevarme ...)
bueres ha dicho que…
Asi es. Un tema controvertido, pero que habrá que abordar tarde o temprano, o otros lo haran por nosotros.
KANPOLIBREAN ha dicho que…
Efectivamente, uno de los grandes retos que tienen los agricultores es demostrar a técnicos, naturalistas, políticos, etc. los beneficios intrínsecos a la propia actividad pero mucho me temo que mientras los partidarios de un mayor conservacionismo trabajan bien su cuerpo teórico y van ganando enteros con sus planteamientos y argumentos que van logrando la adhesión de técnicos, funcionarios y profesionales de despacho, los partidarios del campo y de la actividad agraria nos - se limitan a unos pocos argumentos de tinte caritativo mientras se deja de trabajar, con el apoyo de técnicos y conservacionistas razonables, nuestro propio argumentario y base téorica.
Tenemos que demostrar, entre agricultores y amigos-colaboradores-universitarios, etc que actualmente, en el 90% de nuestros territorios el problema no es la sobreexplotación sino la infrautilización. Sigamos, o mejor dicho, empecemos a trabajar en ello, eso sí, sin caer en el extremo opuesto que nos proponen los fanáticos de la superproducción. Como siempre, el paraíso está en el equilibrio.

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