Viva el capital
Vuelvo de vacaciones y me encuentro con el patio político, realmente revuelto. Los resultados del 23 de julio, cara a la conformación del nuevo gobierno central, parecen planificados por el mismísimo Lucifer. Nadie tiene mayorías suficientes. El ganador parece perdedor y los perdedores parecen ganadores. Unos y otros, tienen que negociar y para ello, nada mejor que comenzar marcando terreno, líneas rojas, teóricamente infranqueables pero que, posteriormente, son postergadas al olvido. Ahora bien, observo que, en pleno verano, se han ido conformando diversos gobiernos autonómicos donde los resultados requerían de complejos acuerdos entre diversas fuerzas del centroderecha y derecha plena, como el de Extremadura, Aragón, Baleares o Murcia. Más allá de felicitar al consejero aragonés, mi amigo Angel Samper, exsecretario general de ASAJA-Aragón, quiero destacar lo que ha ocurrido en el Gobierno Balear, donde la responsabilidad agraria ha sido asignada a Joan Simonet, hasta ahora,...