Perros
Ataques por perros descontrolados, algo frecuente. Así lo resumiría yo, al menos en nuestro entorno que cuenta con una población canina in crescendo y una numerosa población humana con una fuerte afición montañera, por lo que, si unimos ambas cuestiones, nos encontramos, de forma reiterada, con una tropa de aficionados al paseo montañero que acude acompañado de su can al que, frecuentemente, lleva suelto y descontrolado. Ya saben aquello tan socorrido de “el monte es de todos” y como consecuencia de ello, nadie se hace responsable de los daños ocasionados por estos perros sueltos y menos aún, si los daños son cuestiones menores, como la muerte de unas cuantas ovejas. Abandono, por un momento al menos, el tono jocoso para ponerme realmente serio y denunciar la situación que viven algunos ganaderos, pastores en su mayoría, que ven como sus ovejas son atemorizadas, ahuyentadas, atacadas y empujadas a tirarse a un río o por el acantilado. Ahora bien, el remate ha sido la paliza recib