Estrategas
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibZhPHj26ITg3fRemSOkjFE1SbKM6V35ATqHosxc54IVsZhCAIzEdVnB2WdOhAnH9oy3zXS6bUl6NbeKBh_qIL68LA5YkWRaeKYgfKEryKlk5n48gVzPQ3vlXTx_1NkqKVlwdi0UKZZGV5lEhTitF_qptkupeSvvp9yYaWuHEreHIwUtS2IrfqQjyi/s320/La-estrategia-en-las-organizaciones.jpeg)
La guerra de Ucrania, además de los efectos energéticos de la invasión y de aquellos otros efectos que, aún no teniendo relación directa con el conflicto, son atribuidos al mismo, ha puesto sobre la mesa la cuestión alimentaria y la falta de una estrategia alimentaria por parte de la Unión Europea. Europa, la sociedad europea y su opinión pública y publicada, ha caído en la cuenta de que la base de su alimentación depende de otros países, otros continentes, que carecen de la estabilidad política y socioeconómica que garantice una cierta normalidad en las relaciones comerciales. La COVID, con sus restricciones al movimiento de mercancías y personas, dejó bien a las claras que la política industrial estaba atada, de pies y manos, de países y/o continentes terceros, a todas luces, incontrolables. La invasión rusa, asimismo, nos ha puesto en evidencia, con gran crudeza, que nuestras fuentes energéticas y las materias primas básicas de nuestra alimentación dependen, en gran medida, de