Perder el Norte
Dice mi amigo Koldo que la mítica película Pretty Woman ha hecho un mal enorme a la prostitución y yo le añado que, para males, peor es la que ha montado Walt Disney con los animales, humanizándolos hasta el extremo. Tal es así que, las nuevas generaciones, y no estoy hablando de los cachorros peperos, cuando se les habla de osos imaginan a Yogui, cuando se habla de un ciervo imaginan a Bambi o al Rey León, cuando se habla de la fauna de la sabana africana. Disney humanizó a los animales, atrajo a los más pequeños a los cines y obligó, a sus progenitores, a comprar todo el merchandising de los animalitos de marras para que, los críos dejen de llorar y poder descansar tranquilamente. Consiguientemente, la humanización nos ha metido las mascotas hasta la cama y tanto es así que, si bien hace unos años el raro el que tenía perro en casa, ahora, los raros somos aquellos que no tenemos perro o gato en casa (perdonen ustedes, pero me niego a hablar de cerdos vietnamitas, conejos o hámste