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Incoherencias a calderadas

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  Escribo este artículo en mi pueblo txikito, Armintza, en la maravillosa costa bizkaina, descansando o al menos eso pretendo, e intentando desconectar, cuestión imposible, de las cosas del sector primario. Paseo por el puerto, libro en las manos, subida al Jata y charleta con la cuadrilla. Ahora bien, sorprendido estoy con lo rápido que hemos vuelto a la vieja normalidad, salvo la mascarilla en interiores, lo contentos que hemos recuperado los viajes al solete y lo excitados que estamos al comprobar que los turistas vuelven a visitarnos en esos megacruceros que son, sin querer herir a nadie, megaciudades flotantes donde los viajeros son transportados, por todo el mundo, como ovejas al Líbano. Amigos que se van a Mallorca en avión a pasar un finde por 22 euros, hordas de pijogorrias que invaden montes y pueblitos con sus happyfurgos, pisos turísticos a rebosar y como decía, los megacruceros atracando en el puerto de Getxo. Al parecer, la cuestión del cambio climático ha pasado a un s

Ironías de la vida

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El poso suscitado por la visita veraniega a tierras oscenses ha sido de tal calibre que aquí ando yo en el coche escuchando y gozando con las canciones de La Ronda de Boltaña, banda musical folclórica que va, nunca mejor dicho, rondando por los pueblos y ciudades y cantando las verdades de sus gentes, de forma amateur pero con gran maestría y cuya canción AQUÍ fue el himno de la exitosa manifestación de la Revuelta de la España Vaciada celebrada el pasado 31 de Marzo. Los ronderos serán muy de pueblo pero no por ello dejan de ser ultramodernos y tal es así que, publican sus canciones en formato CD sin caer en la cuenta que el coche de un servidor no tiene aparato de CDs sino de cassete y por ello, me veo obligado a escuchar sus poéticas y reivindicativas letras en el coche grande que, como imaginarán, es el de mi mujer. Pues bien, iba yo conduciendo el mío, con mi cassete de rancheras de Paquita la del Barrio, tan barriobajera como maravillosa ella, cuando escuch