Haciendo amigos
Comenzamos
nuevo año y con ello abrimos la libreta de nuevos propósitos aún a
sabiendas que muchas de nuestras intenciones se quedarán en eso, en
intenciones, y que son pocas, o casi ninguna las que seremos capaces
de hacer realidad.
Comienzo
el año con el propósito de seguir escribiendo y opinando sobre
cuestiones agroalimentarias y sectoriales con el riesgo, ya
contrastado, de que uno se repita como el ajo, pero con el ánimo de
no ir perdiendo más amigos en el camino puesto que, tal y como me
dice cariñosamente mi amigo Iñaki, “cada vez que nombras a una
empresa, político, cadena de distribución, colectivos, etc en tus
escritos, vas perdiendo amigos” y yo le suelo contestar que,
afortunadamente, mis verdaderos amigos son pocos pero buenos y creo
que a éstos, no los perderé por mucho que alguna vez sean
mencionados en este KANPOLIBREAN, por lo que a los mencionados en el
futuro próximo les pido, desde ya mismo, mis disculpas por
adelantado.
Son
pocos, haberlos haylos, los que me dicen haberme leído, los que me
felicitan y menos aún los que me comentan por escrito sus opiniones,
bien sean favorables o contrarias, sobre dichos escritos y es por
ello que aprovecho la coyuntura para volver a animarles a que me
escriban (xiraola@gmail.com)
y me hagan llegar sus opiniones, sus pulpitaciones y en su caso, sus
juramentos para así, poder abrir un nuevo canal de interlocución
para el mutuo enriquecimiento.
Comenzamos
un año 2015 con el sector ovino de leche inmerso en un momento
bipolar, por una parte, tenemos a los pastores elaboradores de queso
Idiazabal que viven un momento bueno y con grandes esperanzas cara al
próximo ejercicio puesto que la firma del acuerdo NIREA por parte de
la distribución, Eroski y Uvesco, se ha traducido en una renovada
apuesta que ha vaciado las cámaras frigoríficas de las queserías
familiares mientras que, en el polo opuesto, se encuentran las
explotaciones de ovino que entregan su leche a industria que llevan
los últimos años inmersos en una auténtica agonía y que ahora ven
cómo la hasta ahora hegemónica ALDANONDO da sus últimos coletazos
antes de su más que probable cierre, lamentablemente, con una
importante deuda contraída con el sector productor. ¿Hasta cuando
aguantarán los pastores para reaccionar en serio y conformar una
cooperativa que recoja toda la leche de ovino de Euskadi y se
implique en su elaboración y comercialización?
Comenzamos
el año 2015 con un sector de carne de vacuno que vive tan perplejo
como esperanzado por el rebrote en los precios ocasionado por el
tirón en el consumo de la carne autóctona por parte de la
distribución. El acuerdo NIREA, traducido principalmente en el
acuerdo entre Eroski y la cooperativa Harakai-Urkaiko, pero también
con una incipiente pero aún débil andadura con Uvesco, ha supuesto
una mejora de precios al ganadero (al menos para aquellos que están
integrados en Harakai-Urkaiko) y es éste 2015 cuando la mejora del
precio debe llegar de pleno al ganadero, afianzar su apuesta
productiva y de paso, consolidar la estructuración cooperativa que
será la mejor garantía para ganar el futuro.
Suelen
decir que el monopolio nunca es bueno pero me permitirán
confesarles, ahora que no nos oye nadie, que en mi opinión, la mejor
solución para los ganaderos sería que ellos fuesen los
socios-propietarios de una cooperativa que comercializase
monopolísticamente la carne autóctona y que todo carnicero,
mayorista o cadena de distribución que quiera ofertar carne local
tuviese que recurrir a la misma.
Comenzamos,
igualmente, un año 2015 con unas administraciones
presupuestariamente “tocadas” puesto que la Diputación Foral de
Gipuzkoa, por mucho que lo niegue el diputado en sus entrevistas, ha
reducido sus fondos para el sector productor mayoritario en el
territorio, salvo las partidas destinadas a sus amigos (éstos
también miman a los suyos) y el departamento agrario del Gobierno
Vasco intenta sacar chispas a un presupuesto escuálido que no les
permite ni plantearse la puesta en marcha de planes sectoriales con
fondos suficientes para atender las demandas de los diferentes
subsectores y de las diferentes realidades, cambiantes por cierto,
que vive cada uno de ellos.
Soy
consciente, y creo que es una creencia asumida por el sector
primario, que las administraciones tienen cada vez menos margen de
actuación y de apoyo al sector productor puesto que las normativas
agrarias y de competencia en el ámbito estatal y europeo se lo
impiden pero ello no debe ser excusa para que algunas
administraciones cuenten con un presupuesto tan escaso y claramente
insuficiente para los retos que vive el sector.
Con
un panorama presupuestario tan oscuro no me extraña que alguien haya
pensado que el tirón del consumo de producto local gracias a los
acuerdos con la distribución pueda ser quien alivie la situación de
nuestros productores, no obstante, creo que el sector productor y sus
asociaciones y cooperativas debieran aprovechar dicha coyuntura para
fortalecer las estructuras productivas y comerciales para poder
afrontar la situación que pudiera generarse en caso de que cambien
las tornas en el sector de la distribución.
Acabo,
releyendo el artículo y con la firme convicción de no haber perdido
ningún amigo más. Ya les contaré.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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