El poder está en tus manos
La
gente, palabrita que se ha puesto de moda últimamente en el ámbito
político con Iglesias reclamando un gobierno para la gente e incluso
con Otegi que la utilizó en su discurso del Velódromo para
referirse al pueblo o ciudadanía, ha llegado al mundo de la
publicidad a través de una empresa que, queriendo aprovecharse de la
ola, se anuncia en televisión como “el jabón de la gente”. La
utilización de este término, entiendo que, es una estrategia para
lograr la complicidad de la mayoría de la población, lo que antes
se llamaba el “pópulo”, frente a los inconfensables intereses
que alberga una minoría de la población a la que ahora, denominan o
denominamos, la casta.
Pues
bien, mientras la gente se harta en decir que este país va “de
culo, cuesta abajo y sin freno” y que, mientras los políticos se
enzarzan en peleas inútiles, el pueblo tiene el bolsillo exhausto,
la realidad es que los pocos “autóctonos” que nos hemos quedado
esta Semana Santa cuidando el pueblo, en mi caso cuidando a mi padre,
hemos podido constatar que, incomprensiblemente, aquí no se ha
quedado ni el tate, que los turistas han campado a sus anchas por
nuestras calles y que mientras tanto, la mayoría de los autóctonos,
quien no se ha marchado a Benidorm, ha optado por Berlin o en su
caso, los más modestos, han preferido o conformado con volver a sus
orígenes e ir a la casa familiar del pueblo.
La
incoherencia entre lo que decimos y lo que hacemos es la única que
puede explicar este fenómeno en un país que se va de vacaciones o
minivacaciones 3-4 veces al año mientras dice que sus ingresos no le
alcanzan para llegar a final de mes. La incoherencia, o como dice
Cesar Valencoso de la consultora de consumo Kantar Worldpanel, nos
hallamos en un momento donde el consumidor se encuentra en proceso
mental de superar la crisis y así, mientras en el bolsillo poco hay
que rascar, la sensación de que la cosa va mejor, te empuja, como
quien no quiere, a consumir o gastar en aquello que, racionalmente,
quizás, no debieras.
Me
explico, según este experto, al presentar el informe “Balance y
perspectivas del Gran Consumo 2016” elaborado por su consultora, el
consumidor está más optimista y más allá de la afección real en
su bolsillo, la cuestión es que....
la percpeción del consumidor sobre
la evolución de la economía, o quizás deberíamos decir de “su”
economía, ha mejorado considerablemente en los últimos meses y todo
ello provoca una mayor relajación en la disciplina del gasto que
había adoptado en los años duros de la crisis.
Esta
relajación en el control del gasto, previsiblemente, se notará en
todos los apartados pero muy especialmente en aquellos hábitos,
costumbres, aficciones,etc que habían sido relegadas a un segundo
plano de nuestras prioridades y así nos encontramos, siempre según
dicho informe, en un año 2016 donde el consumidor saldrá más,
pedirá más calidad y , en definitiva, relajará la disciplina de
compra.
Salimos
más, dice el informe, y lo reafirma con un par de datos que son
indicativos de una cierta evolución, así mientras el número de
comidas y cenas realizadas en el hogar dismuyó un 0,6%, por el
contrario, constata que el consumo de bebidas y snacks en el canal
HORECA (hostelería, restauración y catering) mejoró un 0,6% en el
año 2015
Volvemos
a demandar más calidad, tanto en los propios productos, con un 46,8%
de hogares dispuestos a pagar más por productos de calidad (un 1,7%
más que en el año 2014) como con respecto a la calidad de las
tiendas o centros comerciales, donde el factor “siempre buenos
precios” baja del 4 al 7 en el ranking de motivos de elección de
establecimiento, y valorando más otros aspectos como la limpieza y
el orden de la tienda, la calidad de los producos frescos y la
posibilidad de realizar toda la compra en un mismo establecimiento.
Ahora
bien, el parrafo anterior requiere una serie de matizaciones porque
la simple afirmación de que el factor “siempre buenos precios”
baje del 4º al 7º lugar no significa que el consumidor no valore la
cuestión del precio (¡Error!, como diría el anuncio) y por ello
conviene recordar que el primer motivo de elección de un
establecimiento es la relación calidad/PRECIO seguido, por un
porcentaje mínimo, por la proximidad del establecimiento al
domicilio.
Por
otra parte, quisiera destacar el factor de compra de frescos ya que
es una tendencia que se está reforzando en los últimos años,
alcanzando actualmente el 5º lugar en el ranking de motivos, y
porque además de modificar nuestros patrones de compra, los frescos
en la tienda cercana y la compra seca en un gran hipermercado,
resulta que el interés de la gran distribución por no perder cuota
de mercado se ha aliado con el interés del consumidor de efectuar
toda su compra en el mismo establecimiento y así comprobamos que la
cuota de valor de la compra de frescos perecederos en la gran
distribución (hiper, super y discounters) ha alcanzado un 54% del
gasto habiéndose incrementado en un 3,3% en los últimos tres años.
Concluyendo,
los consumidores tenemos la llave en nuestras manos y con ella
arrancamos, o no, el motor de una cierta revolución en el conjunto
de la cadena alimentaria. Cada vez que hacemos una opción de compra,
un determinado tipo de producto, un determinad nivel de calidad o un
dterminado tipo de trato por parte del vendedor nos orientamos hacia
un determinado tipo de establecimiento que, irremediablemente,
responde a unos cánones de actuación, provisionamiento, economías
de escala, etc que, a la postre, y de rebote, determinan el tipode
empresas, cooperativas y productores que les puedan suministrar.
Por
tanto, cada vez que vayas a consumir, al menos en lo que a
alimentación se refiere, estimado lector-consumidor, recuerda, que
el poder está en tus manos.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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