Normativa sobre la nueva normalidad
El que me conozca un poco, sabe que mi postre preferido es la cuajada, mamia o gatzatu en euskara, elaborada con leche cruda de oveja, previa cocción y añadido del cuajo. Tan simple como sabrosa. No necesita de aditivos ni añadidos superfluos por que lo importante es el sabor de la leche con que nos deleitan las ovejas en una determinada época del año, tras los partos. No es menos cierto que hoy en día tenemos cuajada durante todo el año puesto que algunos (pequeñas PYMES lácteas) la elaboran con leche pasteurizada, pero no se engañe, no tiene ni olor con la otra. Menos aún si es la cuajada industrial que algunas empresas lácteas elaboran con leche pasteurizada de vaca que, por supuesto, de partida, ya es más barata que la leche de oveja, pero también más insípida. En nuestra tierra, por otra parte, es típico comprar la leche cruda al pastor de referencia o al más cercano pero, al parecer, este placer (de los pocos que nos quedan) también se va a acabar puesto que la aplicación del