La gente de bien
Meter la pata, es de humanos. Algo frecuente además, cuando uno está expuesto al público y colgado del micrófono todo el día, por lo que, resulta bastante comprensible que, de vez en cuando, se patine más que en una pista de hockey sobre hielo. Algo así debió ocurrirle a Alberto Núñez Feijoo cuando en un pleno senatorial apeló a la gente de bien para reprocharle al presidente Sánchez la aprobación de la ley trans. La expresión en sí, me reconocerán, es ciertamente, viejuna. Hace referencia a unos tiempos en que la sociedad se dividía en buenos y malos, particularmente, buenos eran aquellos que seguían las normas de la iglesia y del Estado omnipotente, mientras los malos, eran los rebeldes ante dichos poderes. Los rojillos, resumiendo. Escuchándole, reflexioné, pensé mejor dicho, sobre qué gente será la que Feijoo considera como “gente de bien” pero al mismo tiempo, reflexioné sobre lo que yo podría calificar como “gente de bien” y sorprendentemente, me vinieron muchas imágene...