La abuelita de Caperucita Roja
Este domingo, Tolosa, celebra uno
de los días grandes de sus carnavales. Con carrozas o sin las mismas, los
tolosarras, y muchos de sus visitantes, abarrotan el paseo San Francisco de la
villa papelera, convirtiendo dicho paseo en el paseo del humor y del cachondeo
más genuino.
Eso sí, este año, existe un
pequeño grupo de personas, 11 exactamente, que van a tener muy pocas ganas de
bromas, por la situación laboral en la que se encuentran y me refiero, particularmente,
a la plantilla del matadero de Tolosa que se encuentra en huelga indefinida.
Las personas que ostentan la concesión
para la explotación de sus instalaciones se disfrazaron de empresarios, cuando
lo que han hecho, en verdad, es ir dejando morir un servicio, de por sí,
complejo en los tiempos que corren. Optaron por no abonar ni el alquiler al
ayuntamiento, propietario de las instalaciones, ni el canon a la Mancomunidad
de Tolosaldea, gestora del servicio, y así, a lo largo de las décadas, ya que
ostentan el servicio desde 1995 hasta el 2035, han ido haciendo un agujero negro
que, de ninguna forma, serán capaces de tapar.
Asimismo, han ido debilitando tanto
los medios humanos, 3 trabajadores menos de los que tenía anteriormente, y
medios materiales, prescindiendo dos camiones de reparto, quedándose en la
actualidad, con una furgoneta de alquiler que, además, es conducida por una
persona que compatibiliza las tareas de chofer con las de matarife.
Ósea, ir dejando morir el
servicio, que se vaya desangrando para, finalmente darles la estocada al no
abonar los sueldos de la plantilla que, lógicamente, ha acabado por estallar y salir
a la calle, al no contar con otra alternativa posible.
La Mancomunidad, hasta hace bien
poco, se disfrazó de torero asomado al burladero, con cara de sorpresa, mirando
la fiesta como si no fuese con ellos, viendo que la empresa no abonaba el canon
correspondiente y sin reaccionar al comprobar que la deuda crecía
exponencialmente. Lo he dicho alguna otra vez, esto sólo se entiende si tenemos
en cuenta la naturaleza pública de la Mancomunidad, porque, de otra forma, si
el propietario del local y/o el gestor del servicio hubiesen sido una persona o
empresa privada, hacía ya muchos años que hubieran reaccionado, en un sentido u
otro.
Ahora bien, además de solucionar
las cuestiones del corto plazo, esta Mancomunidad debe poner las luces largas y
proyectar las cuestiones del medio y largo plazo, teniendo muy, pero que muy
clarito, que el servicio de matanza, al menos el impulsado por el sector
público, debiera estar dimensionado a las necesidades de la ganadería local y
no, tal como ocurre ahora, prestando una inmejorable pista de aterrizaje de
ganado foráneo que, lamentablemente, nos hace la puñeta en nuestro propio
mercado local.
Pues bien, al parecer, la afición
a los disfraces no es algo exclusivo de Tolosa, puesto que, en esta letal
semana, donde el lobo ha atacado a las puertas de un colegio en la localidad
cántabra de Campoo de Suso y donde, por otra parte, un ejemplar solitario del
lobo fue avistado el pasado 22 de febrero en el monte Larrun, en la localidad
labortana de Askain, algunos de la Corte, han optado por disfrazarse.
Mie refiero a algunos políticos
del Congreso de los Diputados, que han adquirido el disfraz de la abuelita de
caperucita roja, queriendo engañar a los ganaderos de que ellos son sus amigos
y defensores de la ganadería extensiva cuando, la cruda y tozuda realidad nos
demuestra que no son más que unos farsantes que, en nombre de la defensa de la
ganadería extensiva, pretenden fomentar la población del lobo hasta límites
inconfesables que, a la postre, provocan que el lobo campe a sus anchas y que el
ganadero corra despavorido, eso sí, tras abandonar la actividad ganadera que,
supuestamente, esos otros dicen defender.
El disfraz de abuelita de
Caperucita Roja lo han comprado tanto el PSOE como SUMAR y lo digo así, tan
contundente y tan crudamente, por que son estos dos partidos los que, con una
sonrisa angelical, estiran como un chicle escondiéndose en los reglamentos del
congreso, impidiendo la tramitación de un Proyecto de Ley para revertir la incorporación
del lobo al listado LESPRE, por cierto, un proyecto de ley que vio la luz verde
tras el apoyo de grupos tan variados como PP, Junts, PNV, Coalición Canaria, UPN
y Vox.
Espero que estos dos partidos, pero
muy especialmente, el PSOE, que ostenta las carteras de Agricultura y
Transición Ecológica, sepan calibrar el daño que están ocasionando a la
ganadería extensiva y que, por lo tanto, se desprendan del disfraz de abuelita
con el que, les anticipo, no logran engañar a nadie, y menos aún, a los
ganaderos que practican la ganadería extensiva que afirman defender.
Xabier Iraola Agirrezabala
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