Compromiso

 



No tuve el honor de conocerlo personalmente. Pero todo lo que me ha llegado sobre él es positivo. Alkixa, apodo del sacerdote Joxe Agirre, podía haber sido un sacerdote más dedicado exclusivamente al rezo y a sus feligreses viviendo cómodamente entre sacristía y altar, bajo el olor a incienso, pero, como otros tantos de la época, decidió implicarse hasta las trancas en favor del sector primario, creo, porque lo veía como el sector más vulnerable de la sociedad de entonces.

Alkixa, junto con otros sacerdotes como Valentín Zamora y Daniel Eskixabel, por no hablar de la poderosa presencia del fraile franciscano Nikolas Segurola en el campo del pastoreo, como decía, estos sacerdotes se liaron la manta a la cabeza y trabajaron incansablemente en favor del sector primario, particularmente, impulsando todo tipo de asociacionismo, cooperativismo, etc. con el objetivo de estructurar un sector, históricamente, individualista.

Juntos y en colaboración con una generación de baserritarras visionarios y aun sabiendo que olvido a muchos de ellos, no quisiera dejar sin mencionar a Sabino Irulegi, J. Antonio Iturbe, Juanito Goenaga, Antton Dorronsoro, etc. impulsaron la cooperativa lechera Gurelesa, el centro de gestión Lurgintza, el único sindicato agrario de entonces, EHNE, y otras muchas iniciativas comunitarias que, poco a poco, estructuraron un sector, como decía, intrínsecamente, individualista. Vaya mi reconocimiento, tanto a los baserritarras visionarios como al grupo de sacerdotes que supieron identificar las prioridades del sector y trabajar, de forma desinteresada, por ellas.

Una actitud, por cierto, que se echa de menos en el contexto actual donde los voluntarios para trabajar por lo comunitario, por el asociacionismo y por el vecino de enfrente, ni se lleva ni se valora.

Actualmente nadie quiere dedicar parte de su tiempo ni a la asociación de padres del centro educativo en el que estudian sus hijos, ni en la sociedad deportiva que organiza las carreras o competiciones en las que uno mismo participa, ni en la asociación o sindicato agrario al que pertenece mientras exige todos los servicios que uno pueda imaginar y qué decirles, ni un minuto de su tiempo a las labores municipales en el ayuntamiento de su pueblo.

Soy consciente y escucho, ahora que estamos en tiempo electoral, a muchos responsables políticos las quejas por la dificultad de implicar a la gente del mundo rural (del mundo urbano, perdone usted mi impertinencia, que se ocupen otros) en las labores consistoriales, pensando quizás, que el ayuntamiento no va con ellos ni con su actividad, la producción agropecuaria y forestal.

Nada más lejos de la realidad, ese ayuntamiento que desdeñan, ningunean y muchos desprecian, con usted o contra usted, decide sobre muchas cuestiones que le afectan directa e importantemente dado que esa corporación municipal de la que usted pasa olímpicamente, decide si la cuadra que usted quiere hacer se puede construir en donde usted vive o no, decide sobre si prohíbe o no, la plantación de determinadas especies forestales, si van a invertir y como, en los montes públicos y comunales, si se va expandir la banda ancha también en los barrios rurales o si por el contrario, como ocurre habitualmente, se limita al área urbana, o si se invierte en caminos rurales y no en tanta inversión superflua en la zona urbana,… y así, cientos de decisiones municipales que pueden facilitar o obstaculizar la actividad agroganadera y forestal.

Por lo tanto, una vez iniciada la campaña electoral y con el objetivo de que la gente del campo y del mundo rural reflexione sobre la necesidad de implicarse activamente en el devenir de su propio futuro, no me queda más que agradecer el compromiso cívico, sea en el pueblo que sea, sea con las siglas que sean o si lo ha hecho con una plataforma independiente, y el  gesto de valentía de todas aquellas personas que hayan dado el paso adelante y hayan tomado la decisión de mojarse por su pueblo y por su futuro, incluido su futuro personal.

Si usted es de aquellos que no quieren mojarse, porque todos son iguales, todos van a chupar y beneficiarse personalmente, siento decirlo que disiento totalmente de usted. Usted lo que no quiere es trabajar en pro de lo colectivo y de lo comunitario. Así, dicho, pronto y claro.

Xabier Iraola Agirrezabala

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