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Sánchez y el lobo

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    A inicios del mes de febrero, tras la celebración de una reunión de la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y la Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en adelante MITECO, publiqué el artículo titulado “La calderada de Teresa” haciendo alusión al potaje generado por la ministra Teresa Ribera con la propuesta de introducir el lobo en el Listado de Especies Silvestre en Régimen de Protección Especial (LESPRE). Dicen que en política, muchas veces, las formas son tan importantes o más que los contenidos y creo que es casi unánime la valoración sobre las formas utilizadas e impulsadas por el propio Ministerio cuando, se convocó dicha Comisión sin haber hecho el trabajo de cocina que estos temas tan conflictivos requieren, sin haber consensuado nada con las comunidades autónomas principalmente afectadas por la población de lobo y finalmente, forzando la máquina, con empates incluidos, en la votación final de dicha Comisión. Las formas, me

La máquina de oruga

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    En reuniones con productores recurro, habitualmente, a la figura de la maquinaria de oruga para ilustrar el funcionamiento de la maquinaria burocrática inherente a todas las administraciones que, por su dimensión y peso, avanza lenta y torpemente, resultando casi imperceptible si está quieta o en movimiento, aunque la cruda realidad nos viene demostrando, de forma reiterada, que la maquinaria avanza, imparablemente, sin descanso, apegada a la tierra y adaptándose hasta en las orografías más peliagudas.   La maquinaria burocrática inicia su andadura, normalmente, lejos, allá por Centroeuropa, en tierras belgas donde tienen su aposento las instituciones europeas, comienza calentando el motor con unas preguntas, encuestas e iniciativas de participación ciudadana donde, más allá de cuatro particulares bienintencionados, los adeptos a las entidades que conforman la sociedad civil organizada (asociaciones, lobbies, clústeres, empresas, ongs, ecologistas, etc.) se vuelcan para imp

Un circo de tres pistas

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  El pasado domingo, 9 de Mayo, se celebró, con más pena que gloria, el Día de Europa y me atrevería a decir que en el sector primario pasó, finamente hablando, desapercibido. Ante esta tesitura bien podríamos pensar que la gente del campo tienen un escaso sentimiento europeo y que no se ve identificado con el proyecto, si bien el último Eurobarómetro recoge que el 84% de los ciudadanos del estado se sienten europeos frente al 74% del resto del continente. Podríamos pensar, por otra parte, que la gente del campo es ajena a la realidad europea, cuando el día a día nos demuestran todo lo contrario, puesto que para mucha gente del sector primario una importante parte de sus ingresos provienen de los fondos europeos y en tanto en cuanto, gran parte de la regulación y normativa que afecta a su sistema productivo, por cierto, una maraña normativa cada vez más compleja y tupida, tiene su génesis en instancias europeas y luego son trasladadas a las normativas estatales y autonómicas que

Esenciales

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  Ahora que se acaba el estado de alarma y que la libertad, tras el ayusazo, ha recuperado protagonismo en el debate político, la cuestión es que la libertad, sobre todo, de movimientos y actividades además de los derechos básicos, ha sido, al parecer, la palanca que ha utilizado, con acierto, la nueva lideresa. Ahora, queda por ver, si lo que queremos es libertad o libertinaje y confiemos en que, en pocas semanas, no tengamos que lamentar las consecuencias de nuestra falta de responsabilidad. Cuesta hacerse a la idea, pero hace un año, en los inicios de la pandemia, los máximos responsables políticos de todos los niveles y gobiernos, unánimemente, reconocieron, incluso lo recogieron, negro sobre blanco, en el plenipotente BOE, el carácter esencial de la agricultura y de los productores. Es más, soy de la opinión de que además de la oficialidad, hubo una fuerte concienciación de la sociedad sobre la importancia de la alimentación, de la cadena alimentaria en su globalidad y muy espec

La calculadora de Arnaldo

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  El sábado 1 de Mayo, además de celebrar la fiesta del Trabajo, es el día señalado para la apertura de pastos en la sierra de Aralar y en estos últimos años se viene aprovechando la ocasión para darle un toque festivo al día y al mismo tiempo, se celebra un pequeño acto donde los ganaderos y responsables políticos de los montes públicos renuevan su compromiso, en un caso, por la parte ganadera, de cuidar y preservar el monte a través de una correcta gestión ganadera y por otro lado, por parte de la Mancomunidad Enirio-Aralar y Diputación Foral de Gipuzkoa, de ceder la gestión de un bien público como es el monte a los ganaderos. Este año, además de por el maldito virus, no hay motivo alguno para celebraciones de ninguna forma, no está el horno para bollos y así, podemos señalar cómo los ganaderos de la sierra han decidido y manifestado públicamente la ruptura de relaciones con los órganos de la Mancomunidad hasta no constatar un verdadero cambio tanto en las formas como en el fondo

Inquietante silencio

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  Si es usted uno de mis lectores habituales, será conocedor que nuestro padre murió a causa del Alzheimer tras una larga enfermedad de 10 largos años. Pues bien, en una ocasión, víspera de la festividad de Todos los Santos, volvíamos del camposanto cuando nos cruzamos con una vecina que nos preguntó qué tal estaba el camposanto, a lo que nuestro padre, que se encontraba en una fase de desinhibición y locuacidad que nos hacía pasar más de un apuro, le respondió: “estarán bien, por que nadie se ha quejado”. Rescato esta anécdota personal como entradilla para reflexionar sobre sobre el comentario de un ganadero, de vacuno de leche, que sacaba a colación el significado del silencio en el seno del sector. Un silencio que, muchas veces, no significa una sintonía y/o acuerdo con lo que observa y escucha a su alrededor si no, lo que es peor, un silencio que, desde la oscuridad inherente al propio silencio, denota un agotamiento, abatimiento y consecuentemente, una actitud de asumir, en su s

Color verde esperanza

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  Cada vez que arranco el motor del ordenador para escribir una de mis interminables filípicas semanales, pienso en la reacción de mis lectores. Muchos, al parecer, cada uno de ellos de un padre y madre diferentes, de colores políticos diversos y oriundos de los lugares más insospechables y remotos. Tras su lectura, los habrá que piensen que hoy me ha salido muy profesional, muy “para tu gente” como dice mi esposa, los habrá que opinen que es muy progre, atrevido, incluso faltón mientras que muchos de ellos me identifican con posiciones conservadoras, incluso se han atrevido a llamarme portavoz del VOX vasco. En fin, como dice el dicho, ¡para gustos, los colores!. Pues bien, recientemente, en un distendido diálogo con Laura, discreta pero eficaz directora del Foro Rural Mundial a cuya Junta Directiva pertenezco, Foro que está inmerso en una estrategia mundial para impulsar la Agricultura Familiar y que celebra el Decenio de la Agricultura Familiar bajo el amparo de la ONU, le hice sab