La casta
Lunes
y martes, acudí a Gasteiz al Congreso Euskal Hiria 2014 que organiza
el departamento de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del
Gobierno Vasco puesto que, entra otras razones, me habían invitado a
participar como ponente dentro de la sesión titulada Infraestructura
Verde y Planificación Territorial.
Creo
que me llamaron con el objetivo de animar el ambiente, tranquilo y
técnico de la sala y para ello, arranqué dirigiéndome a mi público
como “la casta”. Utilicé este término, actualmente tan
popularizado por el coletas, primero para despertar al público del
letargo puesto que mi intervención era la última de un Congreso de
dos días y, además de ser tarde, la gente estaba deseando irse para
casa a comer y en segundo lugar para, afectuosamente, ajustar cuentas
con esta prelade de técnicos y responsables políticos de diferentes
administraciones y departamentos que van desde la ordenación
territorial hasta el medio ambiente y la agricultura. Esos cientos de
técnicos que, tan callada como eficazmente, van tejiendo una tupida
telaraña burocrática que paraliza cualquier actividad económica
que se precie y, en lo que a mi me concierne, esa burocracia que
asfixia a los baserritarras y forestalistas de Euskadi.
Esos
técnicos, los que yo llamo casta, que mandan incluso más que sus
superiores políticos, puesto que mientras éstos últimos van
cambiando en función del vaivén electoral, y que están anclados en
sus puestos, en sus jefaturas de servicio o en cargos similares,
acaparando a lo largo de los años tanto o más poder que sus
supuestos jefes.
Pues
bien, en este interesante Congreso que versaba sobre las
Infraestructuras Verdes, integrando en ese término tanto a los
jardines y parques urbanos como zonas verdes del mundo rural,
espacios naturales protegidos, etc. , aproveché la ocasión para
lanzar una serie de mensajes como la necesidad de preservar la tierra
agraria como factor básico para garantizar la viabilidad futura de
la actividad agropecuaria siendo imprescindible para ello, acotar y
limitar el crecimiento de las ciudades, densificando los usos
residenciales, integrando los usos industriales (por cierto, cada vez
más respetuosos con el medio ambiente) en la trama urbana y en el
caso del suelo no urbanizable (suelo rústico), velando por el
cumplimiento estricto de los previsiones que contempla la Ley vasca
del Suelo en lo relativo a la construcción de nueva vivienda
aislada, previsiones que, por otra parte, se incumplen de forma
notoria en algunas comarcas bizkainas.
Por
otra parte, dado que reiteradamente se aludía a una inminente
revisión de las Directrices de Ordenación Territorial, creí
necesario defender una Euskadi polinuclear, configurada en comarcas y
donde las cabeceras de comarca, localidades de tamaño medio, sean
los verdaderos y más próximos referentes para la sociedad rural que
habita en los numerosos núcleos rurales. Todo ello, en un momento
donde el tirón y empuje del Gran Bilbao metropolitano amenaza con
fagocitar todo el desarrollo del país y erigiéndose, por la vía de
los hechos, como el único polo de desarrollo frente a un modelo
colaborativo entre los diferentes territorios y ciudades.
En
este punto, mencioné la necesidad de proyectar el mundo rural, sus
pueblos y barrios como habitat natural para la innovación y como
semilleros de actividades de alto valor añadido, de actividades
ligadas al conocimiento, al diseño, comercio online, etc.
actividades con fuerte protagonismo juvenil pero para ello resultará
imprescindible que el mundo rural sea dotado de las infraestructuras
tecnológicas, la fibra óptica entre otras, que posibiliten superar
las distancias física y territoriales que suponen un verdadero
handicap para su desarrollo.
Finalmente,
y sin querer repetirme más que los pimientos de piquillo, aproveché
el púlpito cedido y la importancia del público allí presente para,
una vez más, reivindicar el importante papel que juegan los
baserritarras en el mantenimiento del medio natural y del paisaje. En
mi opinión, y así lo reitero ante todo aquel que me quiera oir, los
baserritarras cuidan del medio en tanto en cuanto ejercen su
actividad productiva, es decir, la belleza del paisaje conformado por
las verdes praderas es el resultado inherente al trabajo de nuestros
ganaderos porque, cariñosamente dicho, los de “la casta” deben
saber que un ganadero gestiona y “limpia” 40 hectáreas porque
tiene que alimentar su ganado y, nunca, en función de determinadas
subvenciones europeas o ayudas agroambientales.
El
medio natural y el paisaje que disfrutamos es, tal y como explica mi
admirado asturiano Jaime Izquierdo, el resultado de un proceso
campesino y por ello, la mejor forma de garantizar el ansiado
resultado es garantizar la vigencia del proceso de trabajo de
nuestros campesinos o baserritarras. En dos palabras, que sin
baserritarras no hay ni medio natural ni paisaje.
Finalizado el
Congreso, antes del volver para casa, visité uno de los centros de
Mercadona que han abierto en Gasteiz con el ánimo de observar in
situ la presencia del producto local en sus lineales y, la verdad sea
dicha, salvo en lo relativo a la leche líquida, me volví con un mal
sabor de boca.
Comentarios
Primeramente me despediría de mi curro -con dolor sincero- y posteriormente me dedicaría a recorrer el paisaje del País y comprar cuanto desaguisado urbanístico sea -chalet con forma de baserri preferentemente- para posteriormente derribarlo, reciclar sus materiales, recuperar el terreno con técnicas de bioingeniería y devolver el terreno a su estado primigenio y cederselo a algún vecino profesional agrario/ganadero que pudiera utilizarlo para alguna labor ligada al sector.
La mujer me dice que flipo bastante, pero de sueños también se vive.
La ocupación del terreno sin tón ni són que se ha dado en Bizkaia es de juzgado de guardia. Densidades ridículas, ocupaciones del terreno bestiales, segmentación del terreno hasta niveles más propios de la Cisjordania ocupada que de un País con unas directrices medianamente observadas: El feísmo campa a sus anchas.
Te pongo el enlace a un documento -"El Tsunami Urbanizador" del difunto Ramón Fernández Durán- donde se dan unas cuantas pistas de por donde han ído los tiros a nivel de Estado Español y aquí tampoco nos libramos respecto a éste afán urbanizador y ocupador del terreno:
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/ec/jec10/ponencias/817Fernandezduran.pdf
Son 15 páginas que se leen en un plis-plas.
Hablando de feísmo, te pongo el enlace a un laaaargo artículo pero muy graciosete sobre el fenómeno en el agro galego. Las fotos son el despiporre.
Eusti goiari!
http://elblogdefarina.blogspot.ru/2014/11/feismo-y-paisaje-rural-en-galicia.html