Funcionariado Permanente Revisable
(En homenaje al recientemente fallecido FORGES)
En un momento como el actual donde todo son problemas y conflictos
laborales, aunque sólo sea por pudor, uno debiera ocultar que va
contento a trabajar y que disfruta con lo que hace. No obstante,
siendo leal conmigo mimso, tengo que reconocer que no me faltan
quebraderos de cabeza y que con lo que realmente disfruto es con la
gente tan maravillosa con la que me toca tratar, empezando desde la
propia organización, hasta la variada fauna con la que hay que
trabajar. Es más, es bastante habitual que vuelva de numerosas
reuniones, eventos y congresos, mitad admirado mitad enamorado de las
personas que voy conociendo que, la mayoría de ellos, me superan en
conocimiento, capacidad, destreza y experiencia.
Me ocurre con JoxeMari Aizega del Basque Culinary Center y su mezcla
de sabiduría y humildad, con Álvarez-Coque de la Universidad
Politécnica de Valencia que te da cuatro claves mundiales como si te
estuviese explicando un cuento, con mi admirado Tomás
García-Azcárate que combina proyección de futuro con dosis de
humor que amenizan al oyente y el último, José Luis Rebordinos, con
el que compartí mesa en el homenaje al maestro Roberto Ruiz y con el
que salí tan enamorado del “mundo” que tenía que, casi casi, me
lo traigo para casa, empaquetado y todo. Eso sí, los antes citados y
otros muchos, me tienen embebidos pero con los que realmente la gozo
es con mis queridos baserritarras, con la gente que está a pie de
campo, con Mikel, Iñaki, Inma, Xabier, Idoia, Joxemari, Juanjo,
Jon,…. con los que voy conociendo la verdadera realidad, la
conformada por las cosas de la tierra y del comer. Por todo ello, no
quisiera dejar pasar esta ocasión, sin hacerles llegar mi más
sincero agradecimiento a todos ellos por lo que me hacen disfrutar,
por toda esa sabiduría que me transmiten y por esa fuerza vital que
me insuflan para seguir en el barro, a pie de campo, pero con la
mirada puesta en el horizonte.
En estas estamos cuando me invitan desde la Diputación Foral de
Gipuzkoa a participar en un think tank, un grupo de reflexión,
integrado por personas de diferente condición, pelaje, formación,
experiencia laboral, etc. con el sano objetivo de aportar nuestro
granito de arena, el mío bastante más modesto que el del resto, a
un plausible esfuerzo de reflexión colectiva impulsado por la
institución foral con el ánimo de apuntar las trazas de la Gipuzkoa
del futuro. ¡Ahí es nada!. Les adelanto, como se imaginarán, que
me lo paso bomba, aporto poco pero vuelvo a casa con la mochila
repleta de ideas, reflexiones y apuntes que, poco a poco, espero ser
capaz de ponerlas en acción.
En su última reunión, acompañados del consultor Rafael Jiménez
Asensio, trabajamos sobre la Gobernanza Pública para la Gipuzkoa
2025-2030 y en el transcurso del encuentro se fijaron como retos del
sector público guipuzcoano, la digitalización, el envejecimiento de
las plantillas y el relevo intergeneracional y finalmente, la
irrupción en el sector público de la robótica y de la inteligencia
artificial. Sin minusvalorar los otros dos retos, con respecto al
envejecimiento de la plantilla, la preocupación parte de la
constatación de una edad media de unos 52-53 años en la plantilla
foral lo que, irremediablemente, conllevará que en el plazo de unos
10 años se jubilará media plantilla. A pesar de mi escasa capacidad
soy capaz de imaginar la sonrisita en su cara con sólo pensar la
cantidad de funcionarios que perderemos de vista y aunque soy
consciente que entre la clase funcionarial hay numerosos
profesionales como la copa de un pino, no es menos cierto, que
también hay tropa de ineficaces y desmotivados que bien podrían ser los protagonistas de las viñetas del genial Forges, recientemente fallecido.
En estas estábamos cuando se habló de lo ilógico que resulta que
en un mundo tan cambiante como el actual tengamos que integrar la
función pública por personas con oficio vitalicio, contrato blindado, sin compromiso
alguno por formarse, por mejorar o por ponerse al día en sus
quehaceres. Más aún si tenemos en cuenta la inestabilidad
imperante en el mundo laboral privado y es por ello que yo, en un
momento de agudeza, que suelo tener de Pascuas a Ramos, acuñé el
término de “Funcionariado Permanente Revisable”, haciendo un
guiño dialéctico al terrible empeño de algunos y que gustó
bastante a mis compañeros de grupo.
De vuelta a casa, seguí estrujando la cabeza al volante y caí en la
cuenta que también el sector primario, con casi un 40% de sus
activos ya oficialmente jubilado y con apenas un 10% por debajo de
los 25 años, está necesitado de una renovación inminente e
inaplazable además de una Revisión Permanente, en sus objetivos y
en sus formas, para lograr que el sector productor esté alineado con
los objetivos y ansias del consumidor final, no vaya a ser que
estemos conformando un sector primario de espaldas a la sociedad que
lo sustenta.
Hace 25 años el sector primario vasco puso los cimientos de lo que
hoy somos y de nuestras estructuras pero conviene no dormirse en los
laureles y emprender una Revisión Permanente no vaya a ser que la
realidad nos supere y quedemos, lamentablemente, fuera de la misma.
¿estámos y/o seguimos respondiendo a las necesidades del consumidor
vasco actual?. ¿contamos con las herramientas y estructuras
necesarias para afrontar los retos que nos plantea la sociedad
actual? Y finalmente, ¿cómo atraer a los más jóvenes al caserío?.
Como verán, no nos faltan motivos de reflexión. Dejémos de
flagelarnos, reflexionemos y acto seguido, pasemos a la acción.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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https://www.youtube.com/watch?v=nHjm7wtZhyc
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https://www.esglobal.org/semillas-cada-vez-menos-y-en-menos-manos/