La Nevera Vacía
De pequeño,
tanto en la catequesis del pueblo como en mis años de colegio en los
Padres Reparadores, me
inculcaron
reiteradamente sobre
la
existencia de la Santísima Trinidad conformada por tres personas, el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que conjuntamente mostraban
(ya me perdonarán los teólogos) las tres “caras”
de un mismo Dios.
Pues
bien, este último domingo asistí a un homenaje a la Santísima
Trinidad personificada en el gran Nikolas Segurola que aúna en su
persona tres facetas, tan diferentes como inseparables de su persona,
puesto
que nuestro afable protagonista es fraile franciscano, pastor y
bertsolari a la vez. Los baserritarras de ENBA le distinguieron con
el galardón Baserritarron Laguna (Amigo de los Baserritarras)
conscientes del inmenso y fructífero trabajo desempeñado por este
grandioso a
la vez que humilde
franciscano en pro del pastoreo.
Por
el contrario, estos
últimos días, otros amigos de
los baserritarras,
ésta
vez
de los ganaderos de la Sierra de Aralar han sido llevados a sede
judicial por haber
votado, como representantes municipales de sus correspondientes
municipios, a favor del acondicionamiento de un camino en terrenos
pertenecientes a la Mancomunidad de Enirio-Aralar. Los
7 corporativos (a
los que les acompañarán técnicos y responsables forales en las
próximas semanas) han
sido denunciados por un colectivo ecologista por lo dicho,
acondicionar y mejorar un camino previamente existente con el único
objetivo de meterles el miedo en el cuerpo, a ellos siete y por
extensión a todo aquel que se atreva a algo similar en el futuro,
mostrándoles
bien a las claras el calvario que les deparar siempre
que apoyen algún proyecto que, según ellos, incumple la legalidad.
Este
mismo colectivo y los que les amparan políticamente con su silencio,
callaron
mansamente
cuando los responsables de dicha Mancomunidad mantuvieron
una
patente
inactividad,
un pasotismo descarado y cuando no se ha realizado inversión alguna
para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los ganaderos de
montaña pero, eso sí, saltan como muelles cuando hay algún
responsable político que osa en llevarles la contraria y salirse del
redil
de lo ecológicamente correcto y del imperio
del buenismo medioambiental.
La
inactividad y el pasotismo no son patrimonio exclusivo de estos
ecologistas sino que es claramente extensible a aquellos
ayuntamientos
de
dicha Mancomunidad
que ponen el grito en el cielo ante inversiones que, aún
beneficiando a los ganaderos, contradicen los eco-dictados como
pueden ser los accesos, los desbroces, etc. porque las consideran un
grave perjuicio para el Parque Natural mientras no
destinan ni un sólo euro de sus presupuestos municipales al
mantenimiento, impulso y mejora del espacio natural que tanto
aprecian, de boquilla, claro. ¿Es coherente que un alcalde que
invierte miles de euros en el cuidado de sus jardines, parques,
cunetas y rotondas se rasgue la ropa por proyectos como los accesos
para los ganaderos y por unos desbroces en Aralar mientras no destina
ni un sólo euro al cuidado de ese Espacio Natural Protegido que
tanto ama? Usted mismo.
Los
ganaderos, al igual que el conjunto de los baserritarras, andan muy
atareados en
el día a día pero
no por ello dejan de ver quiénes actúan en su favor y quiénes
dicen defenderlos pero se ponen de perfil cada vez que hay que
sacarles la cara y en este contexto debiéramos también,
al menos en mi opinión, situar las protestas y movilizaciones que se
están dando por numerosos puntos de la Península.
Un
sector agrario estatal que, con todos sus defectos de organización y
comercialización, agoniza
ante una dinámica de mercado de precios bajos, lo que la cadena
alemana Lidl ha venido a
calificar chulescamente
como
“Preciobajismo” alardeando descaradamente
de
que su política de bajos precios es su principal seña de identidad,
como decía, una cadena alimentaria que impone una asfixiante
dinámica de precios bajos para los alimentos donde los productores
subsisten con las migajas que caen de la mesa de intermediarios,
transformadores y distribución.
De
esta dinámica de precios bajos, con
más o menos intensidad,
no se escapa nadie, ninguna cadena ni industria y mientras tanto, el
Ministerio, con el plano a la cabeza, sigue
impertérrito sin
asomo de arrojo para equilibrar
la cadena alimentaria, impulsar herramientas para empoderar a los
productores, medidas anti oligopolio en inputs de producción y de
una santa vez, sentar
a los cuatro que verdaderamente mandan en la cadena para
hacerles levantar el pie del acelerador para que así, la cadena
insufle oxígeno a los productores actuales y futuros.
Soy
consciente que en un mercado libre como el actual, con alimentos y
materias primas que recorren medio mundo antes de llegar a las
mesas de los consumidores finales es
harto difícil hablar
de falta provisión de alimentos en nuestros mercados
pero no creo que sea totalmente desdeñable
la posibilidad de que en
unos años pasemos de lamentarnos no sólo de la España Vacía si
no que también
lleguemos a lamentarnos de la Nevera Vacía , al
menos, vacía de productos locales.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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