Hay caldo casero
Casero. Así se autodefine un famoso caldo elaborado por una multinacional alimentaria que, valiéndose del gracejo de un archifamoso cocinero, nos intenta hacer creer que el caldo producido por millones de litros en unas megainstalaciones industriales puede ser considerado casero, equiparándolo así, al que usted puede elaborar en su casa con los ingredientes que ha seleccionado y comprado previamente. Es una más de tantas artimañas que la industria alimentaria tiene para engañar al consumidor final y lograr, de paso, que alargue el brazo y adquiera el producto que ellos quieran, en todos y cada uno de los actos de compra que usted realice a lo largo del día y/o semana. En ese ejercicio de engaño resulta capital el papel que juega el etiquetado de los productos y la información alimentaria de los envases, por ello, las industrias son plenamente conscientes que no pueden (deben) incumplir la normativa vigente pero sí, sortearla y torearla, para lo cual, más allá del habitual rec...