Inquietante silencio
Si es usted uno de mis lectores habituales, será conocedor que nuestro padre murió a causa del Alzheimer tras una larga enfermedad de 10 largos años. Pues bien, en una ocasión, víspera de la festividad de Todos los Santos, volvíamos del camposanto cuando nos cruzamos con una vecina que nos preguntó qué tal estaba el camposanto, a lo que nuestro padre, que se encontraba en una fase de desinhibición y locuacidad que nos hacía pasar más de un apuro, le respondió: “estarán bien, por que nadie se ha quejado”. Rescato esta anécdota personal como entradilla para reflexionar sobre sobre el comentario de un ganadero, de vacuno de leche, que sacaba a colación el significado del silencio en el seno del sector. Un silencio que, muchas veces, no significa una sintonía y/o acuerdo con lo que observa y escucha a su alrededor si no, lo que es peor, un silencio que, desde la oscuridad inherente al propio silencio, denota un agotamiento, abatimiento y consecuentemente, una actitud de asumir, en ...