Entradas

Abstención Creativa

Imagen
Hace aproximadamente un año escribía un artículo titulado “Cabreado” y en el mismo apuntaba la necesidad de presentar ante la sociedad vasca el grandísimo librito, grande en calidad pero pequeño en tamaño, del sabio asturiano Jaime Izquierdo (propongo desde aquí que le demos la doble nacionalidad, astur-vasco) titulado “La gestión creativa del cabreo”. Pues bien, sin querer ser pretencioso, alguno debió escucharme y ha sido esta misma semana cuando este libro fue presentado en un sencillo pero bonito acto celebrado en el Auditorio de la Fundación Orona en Hernani bajo la experta batuta de Iñigo Marquet, director de la propia Fundación, con el propio Jaime como solista pero bien acompañado con un dúo conformado por el Lehendakari Juan José Ibarretxe y el paisajista Jakoba Errekondo. En este librito que les recomiendo, Jaime, nos hace una sesuda reflexión del poder del cabreo, de la energía generada por el enfado que, si es bien canalizada, controlada y gestionada puede ser un m

Cosas de Mujeres

Imagen
Cada vez que llegan fechas tan señaladas para las mujeres como el 8 de Marzo o el propio 15 de octubre (Día de la Mujer Rural), aparte de las miles de mujeres trabajadoras tanto en el campo como fuera del mismo, me acuerdo en especial de dos personas, ambas ya fallecidas: mi abuela Sebastiana y mi amiga Kontxi. Mi abuela Sebastiana en el caserío Amebi de Lazkao era el vivo ejemplo de otras muchas mujeres de la época que trabajaban la tierra y gobernaban el ganado, entre parto y parto, que fueron unos cuantos, mientras su esposo era más dado a ser el representante de relaciones exteriores de la familia y el interlocutor con las fuerzas vivas de la localidad, léase, el alcalde, el párroco y el médico-boticario. Conozco más casos y no creo equivocarme en exceso que esta casuística era bastante habitual, eso sí, ya hace bastantes años. En el caso de Kontxi, una mujer tan brillante como luchadora, tras un periplo vital por otras tierras europeas decidió emprender su aventura vita

Camino Soria

Imagen
Todos aquellos que tenemos hijos/as en edad preadolescente estamos estos días inmersos en plena vorágine de exámenes y con el ambiente familiar ciertamente tenso, por decirlo finamente, porque en la actualidad, no como le ocurría a mis padres, las tareas escolares y los exámenes ya no son cuestión exclusiva de los directamente afectados sino de la familia al completo. Quizás el pasotismo supino de mis padres para con mis estudios sería algo extremo pero no me negarán que, lo de ahora, pasa de castaño oscuro. Eso sí, lo que no ha cambiado es la antigua cantinela que atribuye a los profesores el suspenso mientras el aprobado es mérito, único y exclusivo, del estudiante. Algo parecido ocurre, eso sí, a escala más grande, en la economía general, al menos en un estado tan peculiar como el nuestro donde las entidades financieras que se ufanaban de su carácter privado y empresarial mientras ganaban dinero a espuertas, en el momento en que vinieron mal dadas, fueron rescatadas por el

El Bien Común

Imagen
La nevada última ha provocado numerosos problemas en nuestra vida moderna, principalmente, en el momento de incorporarse al trabajo y aunque cada vez somos más los que podemos valernos del teletrabajo para sacar adelante diferentes labores, no me negarán que la gente anda, andamos diría yo, mareada con tanto aviso amarillo, naranja, rojo y no se yo qué otro color, todo el día con avisos por viento, olas altas, lluvias torrenciales, y así, lo único que conseguimos, además de tranquilizar la conciencia de algún responsable institucional y descargar las responsabilidades de alguna aseguradora, es volver loco al personal y que, al igual que yo, la gente desconecte mentalmente nada más oír el aviso en cuestión. Pues bien, dicho lo dicho, les cuento que hace pocos días acudí a una reunión del Foro Rural Mundial en Derio a compartir mesa con representantes agrarios tanto de América del Sur, Asia y África en la que se trataba la situación de la Agricultura Familiar en el mundo y las

La debilidad de la carne

Imagen
Leí hace un tiempo el informe sobre el estudio de opinión sobre la imagen y los hábitos de consumo de la carne de vacuno impulsado por la Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno) y les tengo que reconocer que aunque quería escribir sobre sus conclusiones, lo tenía bastante aparcado porque, la verdad sea dicha, la actualidad agraria y alimentaria no da un respiro al juntaletras que les habla. Estaba repasando dicho informe cuando tuve conocimiento de un notición de relumbrón, de esos que te deja el cuerpo trastocado, puesto que en este mundo donde hay millones de personas que están hambrientos y/o malnutridos, resulta que en Holanda se ha organizado una colecta (crowdfounding en lenguaje moderno) para recabar 48.000 euros y con dicho dinerillo poder “jubilar” a Hermien (imagino que será nuestra Herminia) , una vaca, limusina para más señas, que logró escaparse del camión que la llevaba al matadero y así, librándola del sacrificio, que viva en libertad en un bosque de

Todista

Imagen
Dice Matías, Prats para más señas, que los clientes de la aseguradora que publicita son TODISTAS puesto que al contratar con la aseguradora del teléfono móvil lo obtienen todo, el mejor precio, ósea el más bajo, y, además, el mejor de los servicios que integra en su póliza todas las coberturas posibles. Cada vez que veo este anuncio televisivo me pregunto a mí mismo si Matías sabrá, o no, que millones de consumidores de alimentos, sin tanto anuncio y de forma sigilosa, son también todistas puesto que con un precio irrisorio obtienen el mejor de los productos. Los consumidores de huevos, por ejemplo, según apuntan diferentes voces autorizadas en la materia, quieren huevos de gallinas libres, sin jaula que les constriña el movimiento y todo apunta, no hace falta más que ver los sucesivos anuncios de cadenas de distribución informando de su negativa a comercializar huevos de jaula, que los huevos de jaula tienen los días contados y el sector productor, aún sin amortizar las in

El tiempo es Oro

Imagen
Suena el despertador y en un par de minutos ya estoy levantado. Nada más abrir los ojos, antes de darle los buenos días a mi mujer, reviso el móvil para cerciorarme de los emails que me han entrado por la noche y si mis publicaciones en redes sociales han suscitado algún comentario o reacción. Desayuno un zumo, café con leche (KAIKU por supuesto) y mientras juego en la Tablet al Farm Town apenas me doy cuenta de lo que me está comentando mi mujer con la que comparto mesa. Me visto, salgo a la calle con el teléfono en la mano y en 10 minutos ya estoy subido al tren para ir al trabajo. ¡Qué horror! La pesada de mi vecina se dirige hacia mi asiento y por si acaso, para no tener que hablarle, o escucharle, me calzo los pinganillos y hago como que escucho música. Almuerzo en la oficina, sólo, frente al televisor y en la vuelta a casa, no he tenido más remedio que hacer un pequeño teatrillo con el móvil, simular como que estoy hablando con alguien, para así evitar que me pegue el peñ