Un sector agrario unido y activo





Comprobaron en la prensa de ayer que la rebelión del sector forestal ante las últimas decisiones adoptadas por el Consejo de diputados en relación a la política forestal a impulsar desde la institución, sobre la que escribí la semana pasada, se materializaba en otra foto “impagable” del conjunto del sector (Asociación Forestal, ENBA, EHNE, Arefor, Secoma y Egurlandua) solicitando al diputado del ramo, Jon Peli Uriguen que abandone su cargo.

Digo “otra” porque no hace muchos meses el conjunto del sector agrario guipuzcoano (los dos sindicatos, los dos centros de gestión y una veintena pasada de asociaciones y cooperativas) ofrecieron una muestra de fuerza por su unidad de acción que retumbó en los despachos de la plaza Gipuzkoa, además de desmontar numerosos clichés e inquietar a numerosos dirigentes políticos, pero principalmente a los actuales regidores del palacio foral, al comprobar que ambos sindicatos, hasta ahora irreconciliables, eran capaces de llegar a un diagnóstico compartido de la situación y acordar una unidad de acción para defender a sus asociados y al conjunto del sector primario.

Igualmente, el conjunto del sector agrario guipuzcoano, mostró su unidad en la cuestión fiscal al comprobar que el sector primario podía verse gravemente perjudicado en caso de materializarse las directrices fiscales que llegaban desde la Torre de Errotaburu.

En definitiva, la clase política guipuzcoana debe ser consciente, los actuales y aquellos otros que quieren morar en Palacio, que los agentes sectoriales del campo son capaces de unirse y reaccionar cuando consideran que se les ningunea y que los intereses de sus baserritarras pueden verse perjudicados. Aldabonazo a tener en cuenta.

Por otra parte, recuerdo que el sector primario vasco anda estas fechas acudiendo a las Oficinas Comarcales Agrarias a presentar su solicitud de Pago Único del año corriente y que vuelve de dichas oficinas con una información sobre los planes de futuro para la Pac del año próximo que, cuando menos a muchos de ellos, les inquieta o atemoriza.

Me refiero a las consecuencias prácticas de la definición de “agricultor activo” que a fin de cuentas no es más que una definición normativa que especifica el porcentaje mínimo de actividad que todos los perceptores de ayudas europeas deben garantizar para poder seguir cobrando dichas ayudas de Pago Único.


Agricultor Activo es, según los acuerdos adoptados en la Conferencia Sectorial de enero, es cuando los beneficiarios cuenten con algún ingreso agrario suficientemente representativo distinto de las ayudas directas y en este sentido, no será considerado como agricultor activo aquel cuyas ayudas directas supongan más de un 80% del total de sus ingresos agrarios.

Osea, hablando pronto y claro, para que un baserritarra beneficiario de ayudas hasta ahora pueda seguir cobrando deberá demostrar que, al menos, el 20% de sus ingresos agrarios (no se incluyen los ingresos provenientes de otras actividades extra-agrarias) proviene de su actividad y por la venta de sus productos en el mercado. Llegados a este punto, tengo que aclarar que esta definición de agricultor activo, se aplica únicamente a aquellos baserritarras que perciban más de 1250 euros en ayudas directas al año.

Leídos los condicionantes, más de uno, en línea con lo que solicitaban los sindicatos agrarios, pensará que puestos a pedir no es mucho pedir que alguien tenga ingresos agrarios más allá de las ayudas, pero tengo que recordarles que en Euskadi, como en otras zonas, son muchos los agricultores, jubilados en su mayoría, que perciben unas ayudas directas en base a unas referencias históricas basadas en su producción aún habiendo abandonado totalmente la actividad y habiendo cedido, de palabra, la explotación de sus terrenos a aquellos vecinos que necesitan de esos terrenos para alimentar su ganado.

Podríamos entrar en el debate del papel que juegan éstas y otras ayudas en suplementar las miserables pensiones que perciben nuestros baserritarras tras décadas de años de trabajo pero lo dejaré para otra ocasión y abordar el tema, tal y como me sugiere un lector llamado José Antonio, con datos más precisos en la mano.

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