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Mostrando entradas de enero, 2016

Con la oreja puesta

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Mi amiga Lurdes es la cartera del pueblo con la que mantengo un rifirrafe dialéctico-humorístico porque no acaba de entregarme la carta de una tía argentina que creo me ha beneficiado en su testamento y yo, ahondando en la broma, le suelo recordar que ante la imparable bajada de cartas ordinarias (salvo facturas y certificados de Tráfico o Hacienda que, éstos sí, llegan puntualmente) va a quedarse en el paro. Ahora bien, viéndole como anda de un lado para otro con el carrito lleno de paquetes, emulando a las reinas magas que tanta polémica generaron en Navidad, creo que mientras la compra online siga fortaleciéndose, no tengo más remedio que seguir sufriendo el pasotismo de, dicho sea de paso, mi cartera favorita. Como uno mismo, además de juntaletras es consumidor, ha solido recurrir a la red de redes para hacerse con unas zapatillas de correr (quizás debiera decir, andar deprisa) , adquirir alguna prenda de vestir o algún billete de avión, desde mi propia experiencia...

Los pelos como escarpias

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Dicen que lo difícil es encontrar el termino medio en las diferentes cuestiones que tenemos entre manos y al igual que yo suelo utilizar una expresión tan coloquial “o calvo o cuatro pelucas” para señalar lo que yo estimo planteamientos extremos, en el sector agrario parece ser que, poco a poco, a la chita callando, se van introduciendo algunos planteamientos y propuestas que son, en mi opinión, cuando menos, preocupantes. Ya hace unos meses, en un artículo titulado “¿Agricultura sin agricultores?” hacia mención a la tendencia, creciente , hacia un modelo de producción agrario desligado del tejido productivo familiar y del territorio y entramado social rural de nuestros pueblos y hoy, tras observar numerosos casos de este fenómeno desarraigador, quiero referirme a otro fenómeno, no menos importante que como todos los procesos de cambio importantes no es percibido hasta que lo tenemos campando entre nosotros. Pues bien, queriendo contextualizar mi reflexión traigo a colación...

INSISTENCIALISTA

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No sé si le ocurrirá a usted, estimado lector, que cuando anda trabajando sobre un tema, el grado de concentración es tal que, a riesgo de ser un pesado, no ve más que cuestiones relacionadas con el dichoso tema y para más inri, le es mentalmente imposible, abordar otra serie de cuestiones diferentes al tema de marras. Pues bien, últimamente ando muy centrado en la cuestión del relevo generacional en nuestros caseríos y por lo tanto, ya me perdonará la insistencia (utilizo la expresión de “insistencialista” para referirme cariñosamente a los miembros de ELKARRI, grupo pacifista caracterizado por su insistencia en sus postulados), siguiendo la estela de un artículo anterior titulado “Orgullo Rural” creo conveniente abordar nuevamente esta cuestión y/o problemática. Comienzo refiriéndome a un magnífico documento cuya lectura acabo de finalizar titulado “La sucesión en la ganadería familiar: El ovino de leche en el País Vasco” que es la tesis doctoral de la socióloga...

Un fin de año calentito

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Mi amigo Juan Ramón, señalando con el dedo sus labios, solía afirmar con acierto y sabiduría el dicho aquel de “un segundo aquí (en la boca), una eternidad aquí (tocándose el michelín) y así, haciendo realidad la máxima del azkoitiarra, aquí vuelvo yo, a la vuelta del periodo navideño, habiendo recogido ya todos los adornos, figuritas, pinos y luces que puse a lo largo y ancho de la casa y, como les decía, con un par de kilos más que engalanan mi “gerribuelta”, como diría el salado de Paulino en el programa Kontrako Eztarria de ETB. Pues bien, dado que mi último artículo coincidió con las elecciones del 20-D, no tengo más remedio que comenzar refiriéndome a las mismas y constatando, en lo que respecta a España, el fuerte “suelo” de los populares así como el susto dado por Podemos que, visto lo visto, queda a la espera del segundo asalto para sobrepasar de una definitiva vez a los socialistas y erigirse en referencia de la izquierda estatal y por otra parte, fijando la vist...