Con la oreja puesta
Mi
amiga Lurdes es la cartera del pueblo con la que mantengo un
rifirrafe dialéctico-humorístico porque no acaba de entregarme la
carta de una tía argentina que creo me ha beneficiado en su
testamento y yo, ahondando en la broma, le suelo recordar que ante la
imparable bajada de cartas ordinarias (salvo facturas y certificados
de Tráfico o Hacienda que, éstos sí, llegan puntualmente) va a
quedarse en el paro. Ahora bien, viéndole como anda de un lado para
otro con el carrito lleno de paquetes, emulando a las reinas magas
que tanta polémica generaron en Navidad, creo que mientras la compra
online siga fortaleciéndose, no tengo más remedio que seguir
sufriendo el pasotismo de, dicho sea de paso, mi cartera favorita.
Como
uno mismo, además de juntaletras es consumidor, ha solido recurrir a
la red de redes para hacerse con unas zapatillas de correr (quizás
debiera decir, andar deprisa) , adquirir alguna prenda de vestir o
algún billete de avión, desde mi propia experiencia creo que serán
estos apartados (viajes, ropa, etc) los más frecuentes en las
compras online pero recurriendo a los datos publicados por la temida
CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) compruebo
que el principal negocio del “ecommerce” sí son las agencias de
viajes y operadores turísticos con un 17,7%, el transporte aéreo
con un 8,3%, el terrestre con un 7,8% pero bajando de niveles llego a
la conclusión que la alimentación, con un exiguo 2,3% es el último
de los sectores que se asoma al gran escaparate digital, en contraste
con el fuerte arraigo que tiene en países como Francia o Reino
Unido.
Son
muchos los productores vascos que, bien de forma individual bien de
modo colectivo, han abierto su ventana a la red y ensanchado su
propuesta comercial con webs que permiten la compra online donde el
queso, el txakoli o los productos cárnicos van directamente del
caserío al domicilio del comprador pero, sin temor a equivocarme,
ayudado de mi pituitaria pero también de mi agudizado oído, creo
que la vía online, hoy por hoy, es algo meramente anecdótico. Una
opción más a ofrecer, en la que hay que profundizar pero, dicho sea
de paso, sin morir en el intento.
Pues
bien, releyendo un informe sobre marketing alimentario de la
consultora Marketinghuman, que analiza el mercado alimentario
norteamericano y las tendencias detectadas a primeros de este año
2016, caigo en la cuenta de la necesidad de conocer las tendencias
alimentarias y además de contar con los informes y datos
pertinentes, pararse a analizarlos y finalmente, obrar en
consecuencia.
Quizás
no sea una labor a desarrollar personal e individualmente por cada
uno de los productores o cooperativas y/o empresas agroalimentarias
pero sí que sería altamente interesante que de forma colectiva,
segmentada y por producto se destinasen tiempo y fondos a analizar
esas actitudes o tendencias de consumo que las vemos a diario pero no
somos capaces de percibirlas de forma clara.
Por
ello, volviendo al estudio americano y teniendo en cuenta que lo que
allí es presente, será nuestro futuro próximo, las 6
macrotendencias en su sector agroalimentario son,....
primero, la
transparencia y productos orgánicos; el consumidor quiere conocer lo
que está comiendo y su procedencia y por ello, la transparencia en
la venta y en el marketing servirán para incrementar las ventas, sin
olvidar además el creciente respaldo que tienen los productos
orgánicos.
La
segunda tendencia apuntada es la conveniencia que, dicho de forma
coloquial, sería la comodidad en su manipulación, elaboración o
cocina y si bien el informe apunta a los platos precocinados, son
múltiples los casos de innovaciones que nuestros productores van
introduciendo para atender esa demanda de comodidad y justamente me
vienen a la memoria, los casos de Altzueta Barazkiak de Hernani que
en su puesto de San Martín en Donostia ofrecen su verdura, limpia,
troceada y combinada entre sí y embolsada al vacío o el caso de
Arriatzu Barazkiak también de Hernani que ofrecen su gama LIXTO con
verduras embolsada ya “lista” para hacer menestra, porrupatata,
plancheta, etc y que comercializan tanto en supermercados BM como en
su propia tienda hernaniarra.
La
tercera tendencia es el consumidor hiperconectado y la omnicanalidad
y así, el informe apunta a un bestial crecimiento del comercio
electrónico de comestibles. La omnicanalidad, referida al uso de
diferentes canales por parte del consumidor, también plantea una
serie de posibilidades, al menos en mi opinión, para los productores
que pueden utilizar la faceta electrónica para informar sobre
producto, recetas, modos de trabajo, visitas a la explotación, etc
que puedan complementar la venta presencial en mercados o tiendas.
Las
nuevas cadenas de suministro, con un fuerte empuje a las tiendas y
restaurantes que trabajan con productores locales (excelente ejemplo
de ello es el acuerdo de 9 hoteles donostiarras que han apostado por
el producto local en sus menús) son la cuarta tendencia apuntada,
mientras la quinta serían las comidas preparadas y especialidades
con un crecimiento previsto de un 10% anual y finalmente, la sexta y
ultima que serían las nuevas redes de distribución con novedosos
servicios de reparto de comida en las grandes ciudades como es la
nevera roja que ya he observado en numerosos establecimientos
hosteleros de Bilbao.
Estar
atentos, con la oreja puesta, recabar los datos, analizarlos, sacar
conclusiones, ser flexibles y permeables al cambio son las claves de
futuro pero, eso sí, sin perder el Norte, la personalidad y la
esencia de uno mismo porque, aunque no lo parezca, ahí está la
clave de nuestro éxito.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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