Don Luis, ¡un descafeinado, por favor!
Me gustan los políticos de casta. Frente a una mayoría actual de
bienquedaos, políticamente correctos y planos a base de esquivar
cuestiones peliagudas y de huir de cualquier tema que pudiera derivar
en problema, personalmente, me gustan los que son decididos y que
abordan los temas con determinación sin miedo a mojarse. Eso sí,
siempre, con buenas formas y con el máximo de los respetos.
En su momento, escribí sobre los aciertos y errores del ministro
Miguel Arias Cañete, tan correoso como altivo, que fue capaz de
acertar en el diagnóstico e impulsar, nada más y nada menos que
hace 7 años, la Ley para mejorar el funcionamiento de la Cadena
Alimentaria. Cañete, como le conocíamos todos, fue ministro del
2011 al 2014 y en ese trienio impulso un par de leyes importantes, si
bien en este caso, me quiero referir a la Ley de Cadena Alimentaria
que supuso una buena cimentación para una construcción que nadie
quiso posteriormente continuar, ni los de su partido ni los
adversarios.
Tras la moción de censura a Mariano Rajoy, llegó al ministerio
agrario el andaluz Luis Planas, viejo conocedor de la materia por su
experiencia como consejero del ramo además de un sonriente
profesional, excelente capeador y experto anotador que todo lo
apunta, al parecer, en el aire. Pues bien, la crisis estructural del
campo, principalmente, debida a la falta de rentabilidad de una
actividad económica donde los precios son irrisorios y son fijados
de atrás para adelante, de la distribución al productor inicial,
reventó hace unos pocos meses en unas sorprendentes movilizaciones
que llevaron, con sus tractores, el acuciante problema a puertas del
Caserón de Atocha dejando sin margen de maniobra y sin posibilidad
de escaquearse al plano ministro.
Como decía, los agricultores con sus tractores, pusieron el problema
del campo en los titulares del Telediario y consiguientemente no
faltaron políticos que, queriéndose apuntarse un tanto, emularon al
president Quim Torra cuando les decía a los de los CDR “Apretad,
hacéis bien en apretar”, por lo que, al señor Ministro no le
quedó más remedio que agarrar el toro por los cuernos y presentar
un proyecto de ley de medidas urgentes entre las que destacaban los
puntos que reformaban la Ley de la Cadena Alimentaria.
La principal novedad consiste en obligar a que cada operador abone al
inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste de
producción que es incluido en el momento de fijar el precio acordado
en el contrato alimentario. Hasta el momento, la Ley contemplaba la
toma en consideración de factores “objetivos, verificables y no
manipulables” pero sin hablar de los costes efectivos de
producción. Incluso, se obliga a insertar una mención expresa que
el precio pactado (perdonen el descojono) cubre el coste efectivo de
producción.
En mi opinión, si bien el objetivo de la reforma es loable e
imprescindible, tengo que reconocer que tiene su complicación en la
aplicación real en un sector tan amplio y diverso como es el mercado
alimentario, ahora bien, creo que, bien directamente en la propia ley
bien a través de una normativa posterior que cuelgue de esta
reforma, se puede impulsar una normativa que recoja las diferentes
realidades y casuística que se dan a lo largo y ancho de la
península. Cada una de las explotaciones, sean del subsector
productivo que sean, tiene costes diferentes del de su vecino
colindante pues depende la múltiples factores que inciden en la
forma de trabajar y en el modo de producir de cada uno de ellos.
Ahora bien, basándose en los múltiples análisis de costes que
vienen desarrollando estos últimos años bien desde las propias
instituciones bien desde organizaciones interprofesionales,
universidades, etc. creo que es factible que se puedan fijar una
serie de costes en función de variables geográficas, modos de
producción, etc. que permitan contar con precios medios basados en
la realidad. Es complicado, lo sé, pero no imposible y por ello urge
que, entre todos, nos pongamos manos a la obra. La tarea es titánica
pero nuestra gente, los productores se merecen, eso y más.
Ahora bien, como siempre, mantener la unidad resulta complicado y
así, observamos cómo estos últimos días surgen voces que rechazan
la reforma de la Cadena Alimentaria alegando que si se les obliga a
asegurar el pago al agricultor por encima de los costes de
producción, la producción agraria deja de ser competitiva frente a
productores de otros países, por ejemplo Marruecos, que, a la
postre, nos desplazarían de los mercados europeos.
Oigo decir estas cosas y me pregunto, ¿de qué vale inundar los
mercados europeos con productos abonados al productor por debajo de
costes si resulta que este sistema es insostenible para la base del
negocio, ósea, para el agricultor? ¿es lógico abonar al agricultor
por debajo de costes cuando el resto de la cadena (transportistas,
empleados de cooperativa-industria, comerciales, directivos,
distribución,etc), son capaces de cubrir costes y, aunque poco, de
obtener beneficios? .
¿Para quiénes trabajan ustedes, para los productores o para el
resto de la cadena?.
No soy tan ingenuo como para no percatarme que, muchas veces, la
suerte del productor depende de la suerte del resto de agentes que
conforman la cadena pero, igualmente, tampoco soy tan ingenuo como
para no percatarme que, en excesivas ocasiones, muchos directivos y
muchas entidades olvidan cuál es el fin último de su razón de su
ser, la rentabilidad y el bienestar de sus productores.
Ahora bien, y con esto finalizo, les advierto que, más que el ruido
de estas voces sectoriales que han soliviantado a muchos productores,
lo que me preocupa realmente es el silencio de alguna otra gente,
poderosa a más no poder, que sigilosamente andará medrando en
pasillos ministeriales para que esta reforma no vea la luz o cuando
menos, para retrasarla hasta el infinito o , lo que es peor,
descafeinarla del todo y así, pierda todo su sentido.
Xabier Iraola Agirrezabala
Comentarios
se debe regular que cantidad de genero extrangero de la Ue y de españa puede entrar
-
por otro lado, no se podrian aprovechar ls nisperos ?
en cada caserio hay algunos árboles y será por algo
la gente está deseosa de cosas nuevas
como min se podria hacer mermelada
y el label vasco tiene nombre de calidad
es un producto autoctono
Habria que investigar
y tbn hablar con cocineros y ls del vasque culinari center a ver que partido le pueden sacar a nivel culinario y luego cn ls d la revista consumer para el nivel dietetico