La lavadora de mi suegra
Esta última semana ando dando
charlas informativas sobre la PAC por las diferentes comarcas del Territorio
Histórico de Gipuzkoa y además de mantener un enriquecedor contacto con los
productores, te permite tomar la temperatura sobre el estado del sector. En el
ir y venir, de un pueblo a otro, he tenido conocimiento del fallecimiento de
dos personas claves en la Denominación de Origen Idiazabal, por una parte, su
primer presidente, el economista Antxon Pérez de Calleja y, por otra parte,
Manolo Moreno, gerente de la empresa Aldanondo durante muchísimos años. Ambos,
con sus más y sus menos, han sido importantes en la historia de nuestro icónico
queso y va por ellos, este humilde reconocimiento.
Como les decía, en el transcurso
de las charlas sobre la PAC he detectado una indisimulada incomprensión, cuando
no rechazo, ante las medidas recogidas en el apartado de los ecoregímenes o ecoesquemas
y particularmente, en lo que a los ganaderos de pastos húmedos se refiere, en
la medida titulada como siega sostenible donde lo que se propone es que los
ganaderos reduzcan el número de cortes de hierba con el único objetivo de
favorecer el ciclo biológico de los lepidópteros y para ello, se plantea a los
profesionales de la ganadería que, o bien reduzcan el número de cortes, precisamente,
en la época de verano primavera-verano que es la propicia para recabar la alimentación
para todo el año, o bien establezcan unas islas de biodiversidad donde los
lepidópteros campen a sus anchas sin animales ni ganaderos molestando.
Los ganaderos, como se dice
coloquialmente, flipan en colores. La primera pregunta es, ¿quién puñetas son
los lepidópteros esos que debemos preservar? Mariposas, respondo yo. Aumenta el
desconcierto, cuando no cachondeo, al comprobar que Europa y el Gobierno
Central han decidido que nuestros ganaderos deben cosechar menos alimento,
natural-sostenible y local, para sus animales por no molestar a las mariposas y
en compensación, para que puedan comprar alimento en el exterior, se les plantea
una ayuda de aproximadamente 62 euros por hectáreas.
Me reconocerán que la cuestión
tiene bemoles y comprenderán ahora el enfado de los ganaderos que, hasta ahora,
además de recabar alimento para su cabaña, segaban las praderas pensando en que
estaban limpiando el terreno, y ahora, resulta que, los mandamases han decidido
que lo que quieren es impulsar, dicho en idioma politiqués, una mayor
complejidad estructural de las praderas que, en idioma campero, significa
promover el terreno sucio. Ya lo ven, lo limpio y/o lo sucio, depende de los
ojos con que se mire.
Eso, flipante, es la que ha
organizado un honorable anciano valenciano, Carlos San Juan, con la recogida de
cientos de miles de firmas denunciando el maltrato que sufren millones de
personas mayores por parte de las entidades financieras bien por un trato
humillante al reducir a su mínima expresión la atención personal, el personal
de la ventanilla de toda la vida, dirigiéndolos hacia los cajeros automáticos o
hacia la banca on line. Unos modelos de negocio que son lejanos cuando no imposibles
para esta gente mayor que se las ve y desea cada vez que acuden a un cajero
automático o se ven obligados a efectuar una operación por bizum, on line o por
otras vías.
El problema que sufren los ancianos
es fácilmente compartido por el conjunto de la gente que vive en el mundo rural
que ve como han ido cerrando todas las oficinas bancarias y no contentos con ello,
han eliminado los cajeros automáticos porque, al parecer, tampoco son rentables
y así, tenemos miles de municipios sin ni un triste cajero en el que sacar unos
pocos billetes con los que pagar los gastos del día a día. Eso sí, no se crean
que esto sólo ocurre en la España vaciada que todos identificamos con
provincias como Teruel o Soria (un abrazo, para los de ¡Soria Ya!), puesto que
eso mismo ocurre en decenas de pueblos rurales de Euskadi. Eso sí, nosotros tenemos
una entidad financiera, Kutxabank, heredera de las antiguas cajas de ahorro
vascas, que es la más solvente del mundo mundial, pero da la espalda a miles de
habitantes de los municipios rurales. ¡Así cualquiera!
Pero no se crean que el apartheid
digital es algo limitado a las entidades financieras puesto que ahora cualquier
ayuntamiento, diputación o gobierno, para cualquier tramitación administrativa
te exige que si la firma digital, que si el Baq, que si … y para todo ello, para
no perderte en la maraña digital, tienes que ser o el primo de Bill Gates o
cuñado de Steve Jobs. Eso sí, la puerta, a partir de las 3 de la tarde, cerrada
a cal y canto.
La exclusión de amplios colectivos
y sectores de la población es algo innegable e imparable, por lo que es más
necesario que nunca que todos, las administraciones y las empresas, sean
conscientes de la amplia franja de población digital-dependiente que se está
creando. ¿Tan difícil y caro es mantener, al menos, la atención telefónica con una
persona al otro lado de la línea.?
Cierro refiriéndome a mi suegra
que con hace unos pocos años, con casi 80 años, compra una lavadora y al
solicitar las instrucciones de uso, le responden, a ella que no tenía ordenador
ni sabe cómo utilizarlo, que las tiene colgadas en internet.
Por cierto, lavadora, pero
industrial, van a necesitar en Génova para limpiar las manchas de sangre ante
tanta cuchillada fratricida.
Xabier Iraola Agirrezabala
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