Santiago y Cañete cierran España
EL segundo pilar de la PAC al que me
refería la semana pasada es importante, muy importante diría yo, puesto
que integra una serie de políticas activas que complementan el primer
pilar que, en la práctica, es una ayuda a la renta de los productores.
No obstante, el primer pilar con sus ayudas directas es, como
dice su propio nombre, el primer apoyo que tienen nuestros productores
tanto por su importancia como por su carácter directo.
En esta última reforma que se aplicará a partir de 2015, las
ayudas directas sufrirán un vuelco importante puesto que pasaremos de
las referencias históricas a un pago territorial por hectárea, con un
importante componente medioambiental, y esta reformulación de las ayudas
trae por la calle de la amargura a los productores y, muy
especialmente, a aquellos productores de subsectores como el vacuno de
carne, leche, ovino, etc, donde las ayudas directas son vitales para su
supervivencia.
En otros países como el Reino Unido, algunos landers alemanes,
etc. no temen este pago por hectárea puesto que ellos ya apostaron por
ese pago territorial en la reforma anterior de 2007 y, por lo tanto,
esta reforma o revolución solo afecta a países como el nuestro que
optaron por las referencias históricas aun a sabiendas que la tendencia
imperante en los pasillos comunitarios era la opción territorial.
Ahora bien, el pago territorial a la hectárea con su
complemento medioambiental y sus refuerzos asociados, de zonas de
montaña y de apoyo a la juventud se puede aplicar, así lo recoge el
acuerdo europeo, bien a nivel del Estado bien a nivel regional, sea
región administrativa sea región productiva.
Sigue leyendo en NOTICIASdeGIPUZKOA (2013-07-23)
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